El doctor House deja de pasar consulta

Pocas veces un personaje televisivo tiene tanto gancho como el doctor Gregory House. Inteligente, frío, malencarado, mordaz y siempre dando el diagnóstico acertado a enfermedades atípicas, House tiene una legión de seguidores que ayer se llevaron su penúltimo disgusto catódico al anunciar la FOX que no habrá una nueva temporada de «House». La decisión la tomaron unilateralmente el creador de la serie, David Shore, la productora ejecutiva, Katie Jacobs, y su protagonista, Hugh Laurie. La cadena no pudo hacer nada para que reconsiderasen su decisión.

«Aunque es doloroso, creemos que ésta debe ser su última temporada», afirmaron en el comunicado oficial. Así, los espectadores estadounidenses verán el último capítulo en mayo. «Hemos completado 177 episodios, 175 más de los que pensábamos que íbamos a tener en 2004», comentaron sus responsables. Jesse Spencer, actor que da vida a Chase, mostró su tristeza a través de Twitter: «Es el fin de una era. Series como ésta no ocurren... nunca. Orgullosa de haber sido parte de una historia tan brillante», escribió Jesse Spencer.

Lo cierto es que la audiencia había dejado un poco de lado a la producción. En los dos últimos años el nivel de espectadores descendió en un 50%, pasando de veinte millones de espectadores a diez.

Más allá de que se considere que las tramas estaban agotadas, «House» ya se ha instalado en uno de los lugares privilegiados de la historia de la televisión por su concepción. Su creador, David Shore, no quería hacer la típica serie de médicos. Porfiaba por introducir un elemento más: que cada enfermedad fuese tomada como un crimen y sus síntomas sean las pistas para encontrar al culpable, el origen de la enfermedad. Muchos de los misterios médicos de «House» fueron tomados de las informaciones de Berton Roueché, una columnista de la revista «The New Yorker», quien escribía sobre inquietantes casos médicos. Y, por supuesto, no se puede obviar el carisma de su protagonista, el actor británico Hugh Laurie.