Galicia

Alberto Núñez Feijóo: «El Gobierno quiere que las regiones asumamos sus recortes»

Entrevista a Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia

Alberto Núñez Feijóo: «El Gobierno quiere que las regiones asumamos sus recortes»
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Cuando quedan meses para agotar la Legislatura usted plantea un pacto de concentración. ¿Por qué?
–Hay que alcanzar un acuerdo urgente para sanear las cuentas públicas y para que el sistema sanitario sea financiable. Si no lo conseguimos, esas dos partidas del Presupuesto no entrarán. No cumpliremos los criterios de déficit público y no tendremos dinero para financiar los servicios públicos esenciales.

–¿Y qué margen hay para que PSOE y PP alcancen un acuerdo que han sido incapaces de sellar en cuatro años?
–Tenemos margen en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, en el que están todos los consejeros de Hacienda.

–No le preguntaba por el órgano, sino por la voluntad política de todos para conseguirlo.
–Aunque un Gobierno lleve mucho tiempo instalado en el error y en el fracaso uno no pierde la esperanza de que flote en alguna ocasión. El presidente del Gobierno dijo en el Debate del Estado de la Nación que va a seguir haciendo las reformas necesarias para frenar las turbulencias financieras, y está ante su última oportunidad. Todos los presidentes autonómicos queremos hablar con él para ver cómo hacemos unas cuentas creíbles en 2012 que nos permitan mandar un mensaje de credibilidad a los mercados y que ayuden a bajar el diferencial de nuestra deuda.

–Uno de los problemas son las comunidades, que son las que más se están desviando de la previsión de déficit.
–No es cierto. El Gobierno se ha dado un margen del 6 por ciento de déficit público y a las comunidades sólo les ha dejado un 1,3 por ciento.

–Pero ésas son las reglas y habrá que cumplirlas, ¿no?
–Unas reglas impuestas unilateralmente por una parte. No puede ser que el Estado se permita hasta un 6 por ciento de déficit y a las comunidades, que gestionan todos los servicios públicos, se lo limite al 1,3. Y no puede ser que el Estado cumpla su objetivo de déficit público a costa de incumplir el acuerdo de financiación que firmó. Y esta crítica no excluye de responsabilidad a las comunidades, ya que hay algunas que seguirían incumpliendo su objetivo de déficit aunque el Estado les diese lo que les debe.

–¿Incluidas algunas con Gobierno del PP?
–Hay algún caso en el que nos hemos apartado de la ortodoxia, pero también el Gobierno tiene una responsabilidad por no reconocerlas, por ejemplo, la población que las corresponde y por imponerlas un acuerdo de financiación distinto al acordado.

–Su partido no apoyó ese acuerdo al que ahora apela.
–El Gobierno cambió un sistema acordado con todas las comunidades por otro pactado con dos partidos concretos. En mi opinión, es un mal acuerdo, pero muchísimo peor aún es incumplirlo.

–Por rematar, ¿la base del pacto de concentración que pide sería que el Gobierno incrementase la financiación que les está dando y que les autorice a tener más déficit?
–Yo no estoy pidiendo más dinero para gastar, sino que el Gobierno cumpla el acuerdo de financiación. Y si no puede hacerlo, que lo diga, y que en consecuencia haga una contrapartida por el lado del gasto. Es de sentido común, si no puedes gastar un dinero que no tienes, entonces deberás gastar menos. Pero no puedes decirle a las comunidades que gasten menos teniendo el mismo nivel de exigencia en el gasto. Por ejemplo, si el Estado no puede pagar la ley de Dependencia, tendrá que hacer una moratoria en su aplicación o buscar una alternativa.

–Que el Gobierno cargue con el «muerto» de que no se pueden mantener algunas prestaciones.
–Que asuma su responsabilidad por no cumplir con sus obligaciones en materia de financiación. El Gobierno pretende poner en las manos de los presidentes autonómicos las tijeras de un recorte que él está provocando por la insuficiencia financiera a la que nos está sometiendo.

–¿Las comunidades no han hecho nada mal? ¿No tienen que asumir ninguna responsabilidad en la ruina del modelo autonómico?
–Todos hemos hecho cosas mal. Las comunidades nos hemos gastado en 2008 y 2009 el dinero que el Estado nos decía que había en ingresos que luego no se produjeron. También nos equivocamos al creer que el Estado iba a cumplir el acuerdo de financiación que obligó a firmar en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

–Sólo se han dejado engañar. ¿Ellas no han engañado?
–Es verdad que también ha habido comunidades que gastaron más de lo que tenían y que no pagaron lo que debían. Hay incumplimientos por parte de todos. Pero la mayor responsabilidad es de un Gobierno que ya fue juzgado en mayo. Ahora se trata de ver si nos sentamos en una mesa para buscar una solución para equilibrar los ingresos y los gastos.

–Puede haber quien piense que ahora pide una solución porque están a punto de ganar las generales y quiere limitar al máximo los daños que reciba Rajoy.
–Ya me gustaría que cuando gobernemos en España haya presidentes autonómicos que hagan ofrecimientos leales desde la lealtad. Si hemos de tomar decisiones difíciles, tomémoslas juntos. Si no hay dinero, busquemos alguna solución. Pero pasar este tramo final de Legislatura sin hacer nada supone que en marzo seremos más pobres y tendremos más deuda, más déficit y muchas más facturas sin pagar.

–Y eso lo tendrá que gestionar Rajoy si se cumplen las previsiones de las encuestas.
–¿Pero ése no es el pacto? El pacto era que Zapatero se quedaba para hacer las reformas que necesitaba su país, costaran lo que costaran. Eso les dijo a los españoles en el Debate del Estado de la Nación. ¿O la solución es dejar España cuanto mejor peor para que Rajoy herede la peor situación con la que se ha enfrentado un presidente del Gobierno?

–¿Qué margen de maniobra tendrá Rajoy en ese supuesto?
–Tendrá que decirle la verdad a los españoles y gestionar esa realidad. Deberá explicarles a los españoles cómo están sus propiedades, sus hospitales, sus centros de salud, sus universidades y sus servicios públicos. Si somos capaces de explicarlo y que los ciudadanos nos entiendan, nos ayudarán a aplicar nuestro programa.

–¿La herencia que recibirá Rajoy se puede gestionar sin más recortes que una poda a la grasa que le sobra a la Administración Pública?
–Ese ajuste de la Administración es muy importante.

–¿Pero con eso bastará? ¿No harán falta más recortes?
–Rajoy es un político previsible, que no dice una cosa sólo para conseguir un titular, y eso ya es un importante avance. Si además tiene un plan de reformas que ejecutará gradualmente, eso también ayuda. Si somos capaces de bajar la prima de riesgo, de facilitar financiación a las empresas y de ganar credibilidad, habrá un cambio de escenario.

–No ha contestado a la pregunta de si harán falta más recortes.
–No lo sabemos. Hace falta una política fiscal distinta; hay que bajar el coste de la Seguridad Social; hay que facilitar y subvencionar los contratos indefinidos; hay que recuperar el crédito en España y recuperar un diálogo social comprometido y valiente. Cuando la máquina se ponga a funcionar, en el camino ya veremos. Es probable que en algunos sectores haya que hacer nuevos ajustes... Pero el principal ajuste es no gastarnos 30.000 millones de euros en el desempleo y no pagar por cada cien puntos básicos de deuda doce mil quinientos millones de euros al año en intereses. Se nos hizo la misma pregunta en el 96. También entonces se dijo que íbamos a acabar con las pensiones y dejamos en herencia el mayor fondo de la historia. Y se nos dijo que teníamos una agenda pública para privatizar los servicios públicos y dejamos el contador de la Sanidad a cero y un Estado de Bienestar garantizado.

–¿Qué le parece el giro a la izquierda de Rubalcaba?
–Un cambio de sillas en la mesa del Consejo de Ministros es una solución bastante débil para los problemas que tiene el PSOE. Siete años en el Gobierno de Zapatero es mucho más revelador que cualquier discurso o campaña de imagen.

–¿Comparte su propuesta de reforma de la Ley Electoral?
–Yo soy partidario de una Ley Electoral que permita que el partido más votado gobierne, aunque no tenga mayoría absoluta, o que las coaliciones sean preelectorales y no de espaldas a los ciudadanos cuando éstos ya han votado otra cosa. Desconozco si su propuesta incluye esto que el PSOE no ha permitido tantos años en muchos ayuntamientos y comunidades. Sería un buen punto de partida para comenzar a hablar sobre una reforma.

–¿Es un rival peligroso?
–Las elecciones no están ganadas. El histórico resultado que conseguimos el 22-M llegó porque ningún candidato dio por hecha la victoria antes de que cerrasen las urnas.

–¿Cómo ve desde Galicia la rehabilitación de la izquierda abertzale?
 –Jurídicamente, lo ocurrido debería servirnos para revisar si los asuntos juzgados por el Tribunal Supremo, que afectan a la jurisdicción ordinaria, no deben dejar de ser revisables por el Tribunal Constitucional. Y en el plano político, cualquier español de buena fe se pregunta si lo que ha ocurrido con Bildu es por casualidad o responde a un pacto del Gobierno con ETA. Habrá que ver qué ocurre en las próximas elecciones. Hoy es evidente que se han retrocedido muchos años en la lucha antiterrorista y que los que quieren utilizar las instituciones para imponer su terror han vuelto a tener oxígeno.

–Y cuando usted se hace la pregunta de si esto es casualidad o se debe a un pacto del Gobierno con ETA, ¿qué respuesta se da?
–Quiero creer a mi Gobierno, pero hay motivos para tener dudas. Nosotros ya hemos dicho que Bildu no podía estar en las instituciones y también hemos dicho que el Gobierno no había hecho todo lo que debía hacer para evitar que Bildu se apropiase de las instituciones.

–Con un socio del que no se fían y que piensan que no cumple íntegramente el Pacto Antiterrorista, ¿qué sentido tiene mantener el espejismo de su vigencia?
–Por encima del socio está el compromiso con la libertad y con la lucha contra el terrorismo. Aunque el socio no nos guste, es el que tenemos, y sabemos que a ETA le gustaría que rompiéramos el Pacto Antiterrorista.