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Ojo de lince

La Razón
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A pesar de que el alcalde de Rodiezmo sopesa querellarse contra Zapatero por daños y perjuicios, la legendaria pericia del presidente para leer los posos del café ha traspasado fronteras gracias a que España ha presidido la UE durante este semestre. Por las cancillerías europeas corre de ordenador en ordenador el «top five» de sus pronósticos más recientes, los cinco higadillos de oca en los que vio el futuro con ojo de lince. Tal como circulan por la red, aquí se recogen sus predicciones y en qué terminaron: 1.- El «acontecimiento planetario» que se produciría al coincidir con Obama se ha quedado en un pío desayuno de oración y en un telefonazo a cobro revertido para llamarle al orden financiero, detalle que viniendo del país que causó la crisis resulta un ensañamiento innecesario. 2.- Al tomar posesión de la Presidencia europea, prometió liderar la recuperación de la maltrecha economía comunitaria. Cinco meses después, Bruselas ha tomado posesión de la economía española y ha establecido sobre ella un Protectorado con vigilancia las 24 horas. 3.- En el mismo acto presidencial de Europa, el gobernante español propuso fuertes sanciones a los países que no cumplieran los objetivos económicos, rigorismo que Merkel tomó muy a mal. Hace cinco días, Alemania le ha dicho a España que si en tres años no cumple el plan de estabilidad le caerá el paquete del siglo, aunque el siglo esté empezando. 4.- Para reactivar la economía, ideó el Plan E, que consistió en gastar 8.000 millones de euros en renovar las aceras de los pueblos y pregonarlo en cartelones gigantes. La economía ha empeorado y el jueves José Blanco paralizó el AVE y las obras en las carreteras para recortar 6.400 millones. Y 5.- A Sarkozy le pidió prestada una silla en el G-8 argumentando que España era la octava potencia mundial, había superado en riqueza a Italia y alcanzaría muy pronto a Alemania. Se le fue un poco la mano: nuestro país ha descendido este año al puesto 12 del ránking mundial. ¿Son simples errores de cálculo o es una conspiración de los especuladores? La Moncloa sostiene que el presidente del Gobierno es como Messi, que no improvisa, sino que responde con agilidad a la geometría variable del juego. Leire Pajín lo resumía en televisión con un gran arabesco intelectual, tan bello como profundo: «No es que hayamos cambiado de opinión, es que han cambiado las circunstancias». Y Chaves lo remachaba con su habitual gracia conceptual: «No hay improvisación, sino capacidad de reacción». Nada como tener unos principios así de berroqueños, que de tan sólidos ni Groucho Marx los podría mejorar.