Juegos Olímpicos

Londres

El gigante Agnel gana la «batalla del agua»

La Razón
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LONDRES- El hombre del momento en la natación no es estadounidense ni se llama Michael Phelps o Ryan Lochte. Un gigante francés de 202 centímetros de altura arrasó ayer con todo con su poderosa brazada para imponerse en la final de los 200 metros libres, «la batalla del agua», uno de los duelos de los Juegos que Agnel ganó con pasmosa claridad (1:43.14)por delante del coreano Taehwan Park y del chino Yang Sun, que compartieron la medalla de plara con el mismo tiempo (1:44.93). Ryan Lochte se tuvo que conformar con la cuarta posición tras ser superado por los asiáticos en los últimos 50 metros. Por delante ya iba destacado Agnel, la pesadilla del nadador neoyorquino, ya que el domingo perdió contra él en la última posta del relevo 4x100 y cedió el oro a Francia. Lejos de vengarse, hubo una nueva exhibición de Agnel. «Empecé demasiado fuerte», reconoció Lochte, admirado por el extraordinario nivel de la prueba. «Es un honor haber participado en esta carrera», confirmaba uno de los segundos clasificados, el coreano Taehwan Park.

Cinco hombres y un destino. La carrera de 200 libres media a la sensación francesa (Agnel), al hombre que batió a Phelps en los estilos (Lochte), al campeón Mundial de 400 libres (Park), al campeón olímpico de esa misma distancia el pasado sábado (Sun) y al poseedor del récord del mundo del doble hectómetro (Biedermann). De la calle dos a la seis cualquier cosa podía pasar. Concentrados, observaban la piscina, estiraban, se preparaban las gafas, se miraban de reojo...

Agnel tomó la delantera y nunca la soltó. Su comienzo fue fulminante, como el del relevo, y a su paso parecía dejar olas que retrasaban al resto. Tocó la pared las cuatro veces en primera posición, cada vez con más ventaja mientras las hostilidades empezaban por detrás. Taehwan parecía camino de la plata, pero en los penúltimos 50 metros Lochte apareció, aunque terminó sin fuerza y fuera del podio. Yannick Agnel ha frenado el espectacular comienzo del estadounidense, la estrella de la primera jornada con su oro en los 400 estilos. Pero es que el francés está intratable. En sus comienzos lo intentó con el tenis, de hecho se llama Yannick por Yannick Noah, pero pronto se pasó a la natación, por fortuna para él. Escucha música mientras se entrena y le encanta leer todo tipo de libros. Como consecuencia se anima con la pluma, y en Londres está escribiendo una bonita historia. Ha puesto de moda La Marsellesa.

En la jornada de ayer, Mireia Belmonte volvió a competir tras la decepción de los primeros días. Se quedó en las semifinales de los 200 estilos, otra vez por debajo de su marca. Phelps buscará hoy su decimoctava y decimonovena medallas olímpicas.