Modric a un paso del Real Madrid

MADRID- El PSG abrió la veda con el fichaje de Ibrahimovic y Thiago Silva y el Real Madrid está muy cerca de protagonizar la segunda gran operación del verano con el traspaso del anhelado centrocampista croata Luka Modric procedente del Tottenham Hotspurs. Ambos clubes llevan días negociando el acuerdo porque la declaración de intenciones del jugador así lo ha propiciado. No quiere ir a ningún otro sitio que no sea al amparo de José Mourinho, pese a las tentativas del PSG y Chelsea por el llamado «Cruyff de los Balcanes».

El acuerdo es total, tanto que ayer, por un momento –que LA RAZÓN recogió–, la página web del Tottenham Hostpurs publicó el acuerdo para el traspaso de Luka Modric al Real Madrid por 35 millones de euros más el jugador Nuri Sahin. Inmediatamente, este periódico se ponía en contacto con la directiva del club de Chamartín, que negaba que se hubiera cerrado, pues aún «no había hueco» en la plantilla para su fichaje. Efectivamente, el Tottenham retiraba con rapidez dicha noticia de su web.

Aún queda por dilucidar por parte del Real Madrid cómo acometer el montante de la operación (en torno a 44 millones de euros), si bien Nuri Sahin o Lass Diarra son moneda de cambio para abaratar el pago en diez millones o bien es la venta de Kaká, ahora que el Milan tiene dinero en efectivo –los 62 millones recibidos por Ibrahimovic y Thiago Silva–, la llave de la operación.
Obviamente, el Tottenham prefiere a Sahin. Sin embargo, el internacional turco, llegado al Real Madrid el pasado verano, no quiere moverse y tampoco Mourinho es partidario al ciento por ciento de renunciar a él; el técnico prefería una cesión, pero el Tottenham lo quiere a largo plazo. Las lesiones han impedido a Sahin, nacido en Alemania aunque de origen turco, completar su primer año de adaptación al Real Madrid y demostrar los mejores augurios. Que, con 23 años, estaba llamado a ser el cerebro del equipo madridista.

Renunciar a Lass, al que «Mou» quiere como sustituto de Arbeloa, supondría hacer otro fichaje y, además, el técnico tiene antes en la lista de transferibles a Carvalho y Kaká para seguir la estela de Altintop, cuyo traspaso al Galatasaray quedó ayer cerrado por tres millones de euros sólo un año después de aterrizar en Madrid con la carta de libertad.

Siendo así las cosas, el Tottenham también tiene prerrogativas antes de poder firmar la venta de Modric: encontrarle un sustituto. Villas-Boas, compatriota de Mou-rinho, ha puesto los ojos en el centrocampista del Oporto Joao Moutinho. Están confiados en llegar a buen puerto, es cuestión de arrimar cifras. Por ahora, uno pide 35 millones y el otro ofrece 25.

En primera persona
Un Bajito para el madrid; por Domingo García
Cuando Johan Cruyff fichó por el Barcelona en 1973, cambió la historia del club azulgrana. Cuarenta años después, el «Flaco» nunca ha estado más cerca del Bernabéu que ahora. Porque lo primero que llamó la atención de Luka Modric cuando comenzó a jugar fue su parecido con el holandés. Escurrido como Johan y con la misma cara de vieja tristona, sus parecidos se trasladan también al césped. Algo tiene el croata, por imitación o por instinto, de aquel cambio de ritmo que destrozaba defensas y de ese golpeo con el exterior que sirvió de ejemplo a otros madridistas ilustres en épocas pasadas, como Juanito o Martín Vázquez. Ese golpeo lo enseñó en la Eurocopa, en ese pase a Rakitic, que estuvo a punto de acabar con la leyenda de «La Roja» si Casillas no para el cabezazo del sevillista. Tampoco es casualidad que Modric use el número 14, el que siempre distinguió a Johan. Algo, también, del espíritu de «La Roja» tiene el croata, un bajito –apenas llega al metro setenta– que aprendió a jugar como mediapunta, que es donde todos los niños quieren jugar, y que en el último año, con Harry Redknapp en el banquillo del Tottenham, se ha adaptado a jugar en el mediocentro. Puede ser un compañero para Xabi Alonso o un sustituto para Özil en la mediapunta. Modric es uno de esos futbolistas que prefieren hacer jugar a sus compañeros que marcar los goles. Un buen socio para los buenos delanteros del Real Madrid, capaz de alimentarlos con jugosos balones a la espalda de la defensa contraria.