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Getafe sin alma

La Razón
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El partido del Santiago Bernabéu tenía gran interés para el Getafe, que tiene la amenaza del descenso a Segunda. Mientras perdía, Racing y Málaga aseguraban la permanencia y el Deportivo se aferraba a la salvación. En teoría, el Getafe tenía que partirse el alma y, sin embargo, tocaba bien el balón, pero carecía de pegada. En la portería madridista estaba Adán y no había modo de hacerle comer la manzana prohibida. El Getafe ponía poca alma y al Real Madrid le bastaba su rápido contragolpe. En uno de ellos, Özil le sirvió en bandeja el balón a Cristiano Ronaldo, quien, de cabeza, batió a Ustari. El partido por parte madridista tenía interés absolutamente personal: conseguir que Cristiano marcara más goles y asegurara el Trofeo Pichichi y, mejor aún, la Bota de Oro.

Da la impresión de que al Madrid no le queda otra disputa interesante que conseguir que el portugués supere a Messi en cuestión goleadora. Para ello cuenta con la colaboración desinteresada de Özil, que le regala goles. El Real Madrid, con los trofeos de su estrella y la Copa del Rey, no se habrá ido de vacío, aunque sean premios de consolación. El Madrid, sin presión porque la Liga está sentenciada, podía dedicarse a jugar con alegría. Era ocasión propicia para adornarse. En este derbi no era posible la componenda a pesar de la precaria situación getafense. Tampoco hubo grandes emociones. Y el Getafe, en la cuerda floja. Posdata. El Madrid tiene a Özil y Khedira, ha fichado a Sahin y está a la espera de Altintop. Ya hay titular para las derrotas madridistas: Lepanto.