Asturias

El héroe y los villanos por J A Gundín

La Razón
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Cuando los energúmenos se erigen en salvadores del pueblo y en paladines de la justicia, la primera víctima en sucumbir es la causa que dicen defender. La segunda es la dignidad. Así está ocurriendo en el conflicto de la minería. Los matones que se han apropiado de las reivindicaciones en León y Asturias agredieron ayer en plena calle al alcalde de Ponferrada, ciudad de 70.000 habitantes y capital de El Bierzo, que el próximo año albergará el Campeonato Mundial de Ciclismo. Si hay algún alcalde que ha sacado la cara por los mineros ante sus compañeros del PP y del Gobierno, ése es Carlos López Riesco. Hace menos de un mes participó en la manifestación de Madrid, frente al Ministerio de Industria, y el pasado fin de semana volvió a pedir públicamente al ministro Soria que suavizara el recorte del 63% de las ayudas al carbón. Ni ha dimitido de su responsabilidad hacia sus conciudadanos ni ha renegado de su pertenencia ideológica. Ése es, precisamente, su gran «pecado», formar parte del Partido Popular, como le reprocharon ayer sus agresores, los mismos que están muy agradecidos al sindicato proetarra LAB, que les ha hecho llegar su encendida solidaridad, tal vez por haber echado mano de la liturgia «borroka» contra la Policía y la Guardia Civil. A quien ayer los sindicalistas saludaban como héroe, la jauría lo acosa hoy como villano. La causa minera la deslegitiman los bravucones de taberna que imparten consignas a garrotazos. Mientras tanto, no hay noticia de que los dirigentes del PSOE y de IU hayan expresado su solidaridad con el alcalde berciano.