Arturo Macías

Un «dandy» en estado puro

Primera aparición de Marichalar en la presente edición de San Isidro

Jaime de Marichalar, antes de ocupar su barrera (Foto: Santi Carneri)
Jaime de Marichalar, antes de ocupar su barrera (Foto: Santi Carneri)larazon

Era cuestión de tiempo. Y no se ha hecho de rogar. Tampoco se ha reservado para los carteles de las figuras, Jaime de Marichalar ya ha tomado posesión de su lugar en Las Ventas. Intenta pasar inadvertido, pero se antoja complicado cuando entre tantos trajes reglamentarios para ir a la Fiesta Nacional, él aparece hecho un pincel con una bufanda verde que llamaba la atención hasta de los morlacos. Elegancia pura y dura y gafas de sol para una tarde grisácea. No es difícil llegar a la conclusión de que Marichalar quiere ser discreto, pero no puede, o no le dejamos –los periodistas, quiero decir– siempre pendiente de sus movimientos. Estuvo parco en palabras con sus compañeros, observaba la corrida y se abstenía de complementar las faenas de los diestros con gestos. Lleva la corrección en los genes. Tampoco faltó su hermano Álvaro, más hablador y con una querencia especial por las cámaras. Su pañuelo también merece una frase aparte. Jaime Martínez Bordiú también se dejó querer por las cámaras y, parece que también por una señorita de labios recauchutados y miradas aparentemente cómplices. Que ya se verá. Otros prefieren la soledad. Como el «chef» Abraham García. De negro y rojo, y con su inevitable sombrero, García demostró ser otro «dandy» de este tiempo. García va a lo que va, no a lucirse. Llega solo, y se sienta en el tendido del 1 sin alardes. Parecida actitud mantiene al escultor Santiago de Santiago, también de rojo y con ese aliño indumentario de los que son artistas y les gusta que se les note.Como un torbellino entró Nacho Campillo, el solista de Tam Tam Go. Aficionado devoto, «ser torero es mi vocación frustrada», presume de abono, y de amigos toreros, y espera ir a todas las corridas del ciclo isidril. Se atreve a pronosticar quiénes serán los nombres propios de esta Feria: Arturo Macías, El Juli y Manzanares. Nacho Campillo llegó con su padre y con un porte más propio de un concierto de «rock», el suyo de siempre, vaya. Si hay que buscar el sinónimo de la normalidad ahí está Juan Luis Cano, una de las mitades de «Gomaespuma» y Carlos García Hirschfeld. Los periodistas fueron de los más buscados por el paisanaje. Es lo que tiene la televisión. «Es que son como de casa», decía una señora. Pues eso...