Manipulación intencionada

Arqueología
Los valiosos restos fueron descubiertos de forma casual por unos pescadores en una zona frecuentemente cubierta por el agua, el encuentro entre los ríos Negro y Solimoes, los dos principales afluentes del Amazonas, pero que ahora ha quedado al descubierto tras descender la profundidad del agua a 13 metros, el nivel más bajo desde 1902.
Al verlos, los pescadores tardaron poco en sospechar que aquello era algo más que un simple capricho natural de la piedra. Ante ellos tenían una decena de relieves esculpidos en las piedras que servían de margen izquierda al río, en las que se mostraban rostros de personas.
Según los arqueólogos y los geólogos consultados por la página Folha On Line, se cree que los grabados fueron realizados hace cerca de 5.000 años por poblaciones indígenas que habitaban la región, aunque se desconoce el significado de estas máscaras.
Lo que si demuestra, como constata el arqueólogo Eduardo Góes Neves, es que en aquella época en la región llovía menos que en la actualidad.
El hallazgo es especialmente trascendental para los arqueólogos, porque remonta aún más atrás en el tiempo la huella de los primeros pobladores del Amazonas. Hasta ahora había evidencias de presencia indígena en el año 1.200 antes de Cristo, tras encontrarse en la zona urna funeraria con esa datación.
Las máscaras rupestres halladas ahora confirman que en el Amazonas había desde mucho antes una presencia humana permanente.
Manipulación intencionada