Benzema

Lo siento. Me gusta Benzema. Me refiero a su forma de jugar y a su calidad, no a otra cosa. Pero tiene en contra a todo bicho viviente. Corre menos que Di María, pero ese detalle no puede servir como prueba de acusación. Di María, que empezó la temporada muy bien, ya está agotado. Reparen en su expresión, altamente preocupante. Kaká, el crítico de Benzema, es hombre de probada educación. Su probada educación costó sesenta millones.
El sabio Valdano y el contumaz Florentino desembolsaron cien millones por Benzema y Kaká. Y Villa, que ya se veía en el Real Madrid, voló a Barcelona por menos de la mitad. Estúpida y espectacular «valdanada». No obstante, Benzema es un futbolista aprovechable, no peor que Higuaín, que a punto están de compararlo con Di Stéfano, don Alfredo, el más grande. Curiosa la prensa deportiva. Si a otro que no sea Florentino Pérez le crecen los enanos como le están creciendo a Florentino Pérez, lo pulverizan. Me satisface que no lo hagan, porque siento por él un gran afecto. Pero tiene que reaccionar. El problema no es Benzema, ni Mourinho, ni el cansancio de Di María, ni las bobadas permanentes de Sergio Ramos, ni que Villa se haya ido al «Barça» por orgullitos a destiempo. El problema es Valdano. ¿Cuántas indemnizaciones contractuales ha cobrado este hombre desde que conoció al Real Madrid? Bastantes y una más. La que se aproxima. Y mientras no haya otra cosa, Benzema cumple. Ayer, un gol y tres puntos.