
PSOE
El PSC se desmarca del ardid de Chacón para la carrera sucesoria
La ministra pierde apoyos en su batalla personal contra Rubalcaba

MADRID- Ahora que las aguas empezaban a bajar más tranquilas, ahora que el PSOE estaba convencido de que una retirada anticipada de Zapatero traería más perjuicio que beneficio a sus siglas y ahora que los barones empezaban a transigir con el rediseño de la estrategia sucesoria..., va Carme Chacón y revoluciona de nuevo el patio socialista. Ya no es el malestar o nerviosismo que los movimientos de la ministra pudieran causar entre los promotores de la opción Rubalcaba, sino también las críticas de quienes sin ser del PSC veían en la joven catalana una opción de futuro para el PSOE. A tan sólo dos días del Comité Federal en el que todo indica que Zapatero no desvelará su futuro político, pero sí esbozará un calendario aproximado de los pasos a seguir cuando, después del verano, el presidente anuncie que no optará a un tercer mandato, las «intrigas» de Chacón le han situado de nuevo en el ojo del huracán. Primero, por haber filtrado una supuesta reunión de estrategia del PSC de la que al parecer había salido un frente común para presionar a Zapatero para que no promoviese unas primarias antes del 22-M. Y después, por «vender» que el socialismo catalán estaba detrás de ella para desbancar la llamada «operación Rubalcaba». Pues ni lo uno ni lo otro. Diputados catalanes no ocultaban ayer su malestar con la ministra y su entorno por haberles hecho partícipes de una operación inexistente y protagonistas de un frente menos inexistente todavía. Más claro: que Chacón ni ha pedido apoyo formal a la Ejecutiva del PSC para su supuesta candidatura a la sucesión, ni mucho menos los socialistas catalanes han pretendido nunca alterar los plazos del presidente del Gobierno. ¿Que el PSC es partidario de posponer el debate sucesorio? Sí, pero no porque crea que ello pueda beneficiar las aspiraciones de Chacón, sino porque considera «suicida» que el PSOE se desangre durante los 45 días que duraría un proceso de primarias en medio de unas elecciones municipales y autonómicas y cree más oportuno que se destinen todos los esfuerzos a la campaña electoral y no a una batalla interna por el liderazgo del socialismo.
Y si mal han sentado los últimos pasos de Chacón, qué decir entre algunos de los jóvenes diputados que la veían hasta ahora como una sólida opción de futuro. «Se ha pasado de frenada», admitía ayer un socialista de la generación Chacón, partidario de sumar y no restar en este delicado momento por el que atraviesa el PSOE.
Ahora ya son más los que dudan que los que aseguran que la ministra pueda salir bien parada de su pulso particular, mucho menos cuando día tras día pone de manifiesto con sus «maniobras» que son ella y su entorno los únicos que desoyen las recomendaciones del propio Zapatero para que se aparquen las diferencias internas, se aplacen los debates orgánicos y se trabaje sólo por obtener el mejor resultado en mayo.
Y así es como pasan los días los socialistas hasta la cita del próximo sábado, en la que ya todos tienen asumido que Zapatero no despejará su secreto mejor guardado. Ayer, José Bono, que se ha convertido en maestro de ceremonias y confidente de Zapatero, daba un nuevo aviso a los más inquietos: «Lo que debe interesar a los socialistas inteligentes es la sucesión de Francisco Camps o Esperanza Aguirre, y no el futuro político del jefe del Gobierno». Decía esto después de recibir en su despacho a Barreda, el barón que más aporta con sus declaraciones al culebrón sucesorio.
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