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«Te rompemos las manos para que no dibujes más»

«Esto es sólo una advertencia». Es lo último que le dijeron ayer a Alí Ferzat, uno de los caricaturistas más prestigiosos del mundo árabe, después de haberle partido las dos manos de una paliza.

«Te rompemos las manos para que no dibujes más»
«Te rompemos las manos para que no dibujes más»larazon

Madrid- El dibujante, de 60 años, fue golpeado por cuatro individuos con el rostro cubierto –agentes del régimen, según los Comités Locales de oposición– sólo unos días después de haber publicado una viñeta en la que sugería un destino similar al de Muamar Gadafi para el dictador sirio, Bachar al Asad.
«Te vamos a partir las manos para que dejes de dibujar», le adelantaron los agresores tras haberle golpeado todo el cuerpo, según explicó un familiar del dibujante a la agencia Ap.
Ferzat fue abordado por un jeep con los cristales tintados de negro mientras salía de su estudio en Damasco, sobre las 4 de la madrugada. Intentó resistirse, pero los agresores lo forzaron a entrar en el vehículo. Tras la paliza, los cuatro individuos le tiraron de la barba, le colocaron una bolsa en la cabeza y lo lanzaron a una cuneta en la carretera del aeropuerto. Por ahora, se recupera en un hospital, según unas fotos publicadas ayer en diversos foros de internet, en las que el dibujante aparece con ambos brazos y un ojo vendados y llenos de sangre.
El ataque a este célebre opositor, conocido en todo el mundo por sus viñetas en «Le Monde», coincide con una nueva campaña represiva del Ejército sirio en Bayada y Banias, dos localidades en las que se efectuaron arrestos masivos durante toda la jornada. En Bania, situada en la costa, murieron un número indeterminado de personas por disparos de las Fuerzas de Seguridad y al menos cinco personas resultaron heridas, según informaron fuentes opositoras.


Más de 40 años de caricaturas
Ferzat comenzó a publicar sus dibujos en diarios sirios con sólo 14 años. Después de ganar el premio Intergraphic en Berlín, comenzó a realizar caricaturas para medios occidentales y a exponer su obra gráfica en Europa. Su independencia y sus jocosas críticas a los regímenes árabes a partir de los 80 le valieron cierto recelo por parte de los altos funcionarios sirios y la censura en países como Irak o Libia.