Ruth Beitia / Saltadora de altura: «Soy cafetera hasta la médula»

LONDRES- Ruth Beitia (Santander, 1-4-1979) se despedirá del atletismo buscando una medalla en la final de altura después de haberse proclamado, hace pocas semanas, campeona de Europa. La capitana de la Selección de atletismo saltó 1,93 para ganarse la condición de finalista. Este año ha superado los dos metros.

–¿Qué no falta en su maleta en Londres?
–Un libro. He traído «La caída de los gigantes», de Ken Follet. En el pasado Campeonato de Europa me leí «Ahogada en llamas».
–¿Y en su nevera?
–Pavo y alguna cervecilla.
–¿Puede beber cerveza?
–Después de entrenar me suelo tomar una con mi entrenador.
–¿Playa o montaña en vacaciones?
–Me gusta patear la ciudad y una semana en la playa. Aunque la playa la tengo a dos minutos y, a veces, después de entrenar me doy un baño rápido.
–¿Cola Cao o Nesquik?
–Ni uno ni otro, soy cafetera hasta la médula.
–¿Cómo lleva la crisis?
–Mucho mejor que otras personas.
–¿Es más duro ser política o atleta?
–Una cosa me sirve para desconectar de la otra.
–Para conducir, ¿monovolumen o deportivo?
–Con mi Mini voy al fin del mundo. Parece pequeño, pero es muy amplio. Es un coche perfecto para Santander.
–¿Por qué cambiaría una medalla?
–Por nada, la guardaría siempre.
–Un lugar para perderse en Londres.
–Algún rinconcito dentro de la Villa Olímpica.
–¿Son una leyenda las fiestas en la Villa?
–Sí existen, pero los deportistas suelen ser respetuosos. También es habitual una sobremesa larga y distendida después de comer.
–¿Beatles o Rolling Stones?
–Soy de Manolo García.
–¿A quién pediría un autógrafo en la Villa Olímpica?
–He echado de menos a Nadal, aunque tengo el que me firmó en Pekín.
–¿Seguro que se retira este año?
–No hay marcha atrás. Creo que me merezco dejarlo en lo más alto.