Sevilla

Sastrón: «La SGAE no puede ser el cobrador del frac»

El músico quiere ser presidente de los autores para cambiar la imagen de la entidad, frenar la inversión multimillonaria en Arteria, actualizar la estructura de la sociedad de gestión y liderar el modelo de negocio en internet

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Lleva años trabajando en la institución como miembro de la junta directiva, en la que entró en 2007. Conoce los entresijos de la entidad como pocos. Precisamente, sus disensiones con la actual gestión le han llevado a presentar una candidatura alternativa a la línea continuista que lleva el nombre de Teddy Bautista. Parece que sus intenciones no han gustado en la sociedad de gestión, ya que, como publicó este diario, el músico denuncia un boicot a su candidatura. Pero, ¿cómo es la SGAE que desea José Miguel Fernández-Sastrón?

-Habrá quien diga que es un hombre de Teddy que ahora se va a enfrentar a él. ¿Qué es lo que le hizo entrar en la SGAE?
-Principalmente, el problema de imagen de la entidad. Empecé a ver cosas con las que no estaba de acuerdo y las respuestas no me convencían. Durante años he intentado cambiar las cosas desde la junta, pero si tienes un criterio que no comparte el resto poco puedes cambiar. Las disensiones sólo existen en privado.

-¿Cuál ha sido la reacción de sus compañeros de la junta?
-La de la inmensa mayoría fue muy buena, pero la de Teddy ha sido inexistente.

-Aunque no estuvieran de acuerdo con otras cuestiones, ¿la preocupación por la imagen sería compartida?
-Desde luego. Por parte de todos.

-Se llegó a contratar una consultora de comunicación externa. ¿Se trata de una batalla perdida desde el principio?
-No. Pero es como si vas al médico y no sigues el tratamiento. Una de las recomendaciones fue que la presencia de Teddy en los medios no era oportuna ni buena. El tipo de declaraciones que hacía no eran las sugeridas. Teddy representa una forma de hacer las cosas. Pero lo importante es cambiar esta manera, lo que cambiaría la imagen. No creo que haya que maquillarla. Casi todos los conflictos que han surgido han sido con respecto a las bodas, actos benéficos, cosas que dependen de una red comercial. Los comportamientos de los agentes marcan la imagen, y he recibido muchas quejas, aunque no se pueda generalizar. Debería existir un código de maneras. El cliente no es un deudor y tú no puedes ser el cobrador del frac. Lo comenté con Teddy pero no me hizo caso. Una semana después ocurrió lo de Bisbal, que habría sido diferente si el representante de Almería hubiera gestionado la cesión de derechos por parte de los autores.

-¿Cree que existe una voracidad recaudatoria?
-Hay que cobrar lo que se tiene que cobrar. Lo que existe es un defecto en la forma.

-La Comisión Nacional de Competencia acusó a la entidad de imponer tarifas abusivas y de posición de monopolio. ¿Qué opina?
-El tema de monopolio me llama la atención porque estamos hablando de un colectivo que tiene un componente sindical. Son un conjunto de profesionales que se unen para ser más fuertes en las negociaciones. Si comparamos las tarifas con nuestra zona de influencia, desde luego son más baratas.

-Sin embargo, la SGAE da la imagen de tener mucho dinero.
-En parte es culpa del proyecto Arteria, que se ha convertido en una red de centros comerciales. Ya no hablamos sólo de teatros, sino de inmuebles de edificios, de apartamentos, de locales con tiendas, cafeterías. Es el caso del centro de Sevilla. Así, lo que percibe la opinión pública es que la SGAE es una multinacional, parece que está forrándose. Lo que no se sabe es que todo eso está financiado y se nos está endeudando a unos niveles altísimos, y van a ser los autores los que tengan que pagar. La defensa es que se está creando un gran patrimonio para ellos, pero su patrimonio son los derechos. Arteria no puede ser repartido entre ellos, así que no queda muy claro de quién es.

-Ahora que ese proyecto está desarrollado, ¿qué reorientación se le podría dar?
-Lo más importante es que no aumente. Ya se habla del Palacio de la Música, de un teatro en Zaragoza, de muchos otros proyectos. Otra cosa es que ocurra con lo que hay: yo no quiero tener un teatro, sino apoyar a 20 a cambio de que programen mi repertorio. La labor cultural de los autores sería mucho más eficaz y sin riesgo. Además, los autores se encuentran con que las condiciones en estos teatros son peores que las de otros.

-No es el primero que se enfrenta a Teddy, y el resultado de los anteriores fue bastante desalentador. ¿Qué le hace pensar que esta vez sí va a ser la definitiva?
-Los problemas que existen, como el enfrentamiento con el mundo online que nadie parece entender y que no se soluciona. También el de la imagen. El autor hoy es mucho más consciente de estas cosas. En las ediciones anteriores sólo votaron un 20 por ciento de los que podían. Creo que en este caso la participación va a ser mucho más elevada. En todo caso, estoy convencido de que vamos a conseguir los avales, aunque nos cueste más trabajo que a los demás.


Un cambio de discurso en internet y canon digital
El cambio se vislumbra, sobre todo, en algunos aspectos claves del discurso de SGAE durante los últimos años. Por ejemplo, su negativa a establecer un modelo de negocio legal en internet: «Las descargas ilegales las puedes mirar como una amenaza o como una oportunidad –apunta Sastrón–. Lo que sabemos es que hay mucha demanda de contenidos, existen millones de personas pendientes de lo que hacemos, pero además esto es fundamental para el negocio de muchas personas: los distribuidores, los operadores, los anunciantes... No ser capaces de encontrar el modelo de negocio que satisfaga a todos es una torpeza, y además lo han querido convertir en una guerra entre consumidor y autor, lo cual es una barbaridad». Para el músico resulta comprensible que sus compañeros no confíen en un modelo que ha supuesto el desplome de su forma de vida, pero confía en explicarlo e insiste en que «no se puede hablar de un mundo on line y otro real».
Otro punto de ruptura radical con la cúpula actual de la entidad es el canon digital. Para Sastrón esta cuestión «ha estado mal explicada»: «Soy partidario de que se pagara sólo si lo usas para copia privada y si no es para ese fin, no. Es fácil porque podrían hacerse dispostivos, por ejemplo, CDs con menor resolución si lo que pretendes es guardar documentos». El que ambas cuestiones estén en la arena parlamentaria es un mal signo para Sastrón pues implica que no se ha llegado a la autorregulación y abre la puerta a una intervención pública una entidad privada como ésta.


El detalle
LA BATALLA POR EL CENSO ELECTORAL

Sastrón mantiene que la Comisión Electoral de SGAE le cede sólo parte del censo electoral para que consiga los avales necesarios para presentar su candidatura, mientras que la «oficialista», que elegirá la continuidad de Teddy Bautista, dispone de todos los teléfonos de los socios, pues en nombre del propio presidente se han puesto en contacto con ellos para pedir el voto. Ante estas manifestaciones, el organismo electoral de SGAE emitió ayer una nota explicando que ha facilitado los datos de aquellos socios que contestaron afirmativamente a querer recibir información electoral. Sastrón no cree que sólo hayan dado el «sí» 1.700 socios de 10.000.