Rusia

Desde Rusia con buen clásico

Gala de estrellas del Ballet RusoCoreografías de Petipa, Balanchine, Fokin, Gorskiy, Hirayama… Solistas: D. Matvienko, S. Zakharova, N. Osipova, I. Vasiliev. Directora artística: Ekaterina Galanova. Director musical: Valery Ovsyanikov. Teatro Real de Madrid. 5-XII-2011.

Las coreografías de Balanchine, Himaraya y Petipa buscaron su sitio con desigual resultado
Las coreografías de Balanchine, Himaraya y Petipa buscaron su sitio con desigual resultadolarazon

La tradición clásica, el folclore y el contemporáneo son estilos de difícil conexión. Las coreografías de Petipa, Balanchine e Hirayama, la música de Chaikovski, Rajmáninov y John Williams buscaron su espacio en la gala del Real con desiguales resultados. Concebida como un retrato de la historia danzística rusa, esta miscelánea brilló con mayor intensidad durante las piezas que hicieron de su escuela el mejor exponente del ballet clásico del mundo. El paso a dos de «El Corsario», de Petipa; «El cisne», de Fokin, y el «Grand Pas de Don Quijote», de Gorskiy, excelentemente ejecutados por los solistas de los teatros Bolshói, Mariinski y Mijailovski, con especial mención a Denis Matvienko, Natalia Osipova e Ivan Vasiliev, son claros ejemplos de una supremacía que todavía perdura en el clásico. Menos destacable fue «El baile ruso», de Gorskiy, que en un principio iba a ser interpretado por Uliana Lopatkina, la cual fue sustituida a causa de enfermedad por Anastasia Kolegova.

Diferentes son los logros de las coreografías menos ligadas al repertorio de estos teatros. Es el caso de las piezas de Balanchine, «Chaikovski Pas de deux» y «Tarantella» que, aunque bien ejecutadas, adolecen de una expresividad algo forzada que aleja la coreografía de su genuina concepción. La primera aparición del contemporáneo en la gala fue, probablemente, la más desacertada de toda la noche. «Fragmento de Carmen Suite», de Alberto Alonso, resulta insustancial por culpa de los movimientos tópicos considerados de «carácter español». «Serenata», de Bigonzetti, aupada por Osipova y Vasiliev, devolvió la confianza a la interpretación rusa de la creación actual. Fue Svetlana Zakharova bailando «Revelation», de Motoso Hirayamala, que convenció de los buenos resultados que el japonés puede obtener de bailarines diversos. «Aguas de primavera», de Messerer, y «El Jopak de Taras Bulba», de Zakharov, completaron con timidez el programa de la gala que, con todo, cierra a lo grande el año dual Rusia-España.