ETA «marca» a dos gitanos

Madrid- Etxerat, colectivo que agrupa a la mayoría de los familiares de los presos de la banda terrorista ETA, ha «marcado» a dos reclusos de etnia gitana , los hermanos Luis y Juan Amador Moreno, como agresores con navajas a internos de la banda dentro de varios centros penitenciarios. El hecho de que haya facilitado los nombres de estas personas les coloca en una situación delicada, según medios antiterroristas, ya que, a partir de este momento, tanto ellos como sus familiares son considerados como «enemigos».

La citada organización, una de las más radicales del entramado proetarra, ha hecho pública una nota en la que se queja de la situación de aislamiento en la que se encuentran, en la prisión de Córdoba, Oscar Calabozo; Jesús María Echeverria, «Goierri»; y Jon Urretavizcaya ya que, según su versión, protestaron al comprobar que metían en el módulo en que se encuentran a un recluso común, «que ya ha agredido a otros dos presos políticos vascos». Lo cierto es que los tres etarras se dedicaron a coaccionar al interno con el fin de que abandonara el módulo. Los funcionarios de prisiones fueron quienes advirtieron de la situación y se lo comunicaron a la dirección de la prisión.

«Goierri» parece tener una cierta fijación con la etnia gitana, ya que, en 1986, cuando formaba parte del «comando Urdaburu», se le imputó el robo de un automóvil para ametrallar chabolas en las que vivían personas de esta raza. Etxerat justifica su «denuncia» con una relación de ataques a etarras, que habrían protagonizado los dos hermanos: Luis agredió a Aitor Fresnedo con un navajazo en la cárcel de Villena, en 2004. Una semana después, Juan atacó «con otro navajazo a Patxi Ruiz en Almería». La cosa, no queda ahí, según el colectivo de familiares de presos: el 5 de julio de este mismo año, Juan «agredió al preso político vasco Aitor Liguerzana, en la prisión de Foncalent», en Valencia».

La última detención de «Goierri» se produjo el 18 de diciembre de 2002, tras haber huido de un tiroteo, que protagonizó junto con su compañero de comando Gotzón Aramburu, y en el que resultó muerto el guardia civil Antonio Molina. Los dos terroristas llevaban 130 kilos de explosivos en el vehículo con la intención de poner bombas en los centros comerciales el día 31 de diciembre de ese mismo año.