Ciencia y Tecnología

Evoluciones por José Santos

La Razón
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Las mejoras en la escudería Ferrari llegan a cuentagotas. En cambio, los de la bebida que da alas tienen evoluciones en cada carrera. En el ala delantera, han cambiado la nariz, los pilares de fijación, los flaps delanteros dobles y derivas laterales. En el ala trasera, han desarrollado un DRS doble (sistema que facilita los adelantamientos reduciendo el freno aerodinámico del ala trasera) que al subir el alerón superior descubre unos canales que envían el aire hacia la parte central del ala trasera reduciendo mucho el arrastre que ésta crea. Esto aumenta la velocidad máxima. Para potenciar esto aún más, han rediseñado la carrocería alrededor de los escapes y así, el aire que sale contribuye a mejorar las prestaciones.
Tantos cambios de Red Bull en tan poco tiempo demuestran que tienen muchas ideas buenas. Han conseguido que los resultados de las pruebas de simulación por ordenador y el túnel de viento arrojen resultados que se corresponden con la realidad. Y esto no es tan evidente como parece. Tienen mucho presupuesto y, además, una gran capacidad de fabricación contra el reloj. Para fabricar estas piezas hay que hacer moldes, laminarlas, curarlas, hacer controles de calidad... Así se entiende mejor por qué los grandes equipos tienen más de 400 empleados dedicados sólo a la parte de chasis y con tres turnos de trabajo.