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Míchel claro

La Razón
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Miguel González del Campo «Míchel», en mi opinión el mejor jugador de «La Quinta», se ha revalorizado como entrenador aunque en el Getafe, pese a las especiales circunstancias del club, no ha dejado de ser, a veces, injustamente tratado. Entrena un equipo que está a la sombra del Real Madrid y Atlético y, con un presidente que no suele perder los papeles, navega en las procelosas aguas de la Liga.

El campeonato tiene la ventaja o inconveniente de que tres puntos más dan brillo y tres menos asustan. Esta semana tiene otro reto importante porque el Getafe ha de luchar por mantener la categoría, que no es poco, y el Valencia juega con la obligación de pelear por la tercera plaza.

Míchel tuvo algún resbalón dialéctico como futbolista. Con los años ha mostrado el sentido común poco frecuente en su mundo. Cuando comentaba en la radio decía cosas con gran sentido. Esta semana ha vuelto a aparecer el hombre con los pies en el suelo y la cabeza bien amueblada. Una de sus últimas frases es para enmarcar.

Para que la Liga y quienes alientan futuros imperfectos tomen en cuenta. Míchel no se ha recatado al afirmar que la Liga española ha tenido amenaza de huelga, hay jugadores que no cobran –ejemplo sangrante el del Rayo Vallecano– y hay leyes concursales que se aplican constantemente. «Y seguimos hablando de la mejor Liga del Mundo», dijo.

Tanta sinceridad no es frecuente en el fútbol español. Y además, no se gratifica.

Posdata. Han avisado de que el Athletic-Madrid del próximo sábado en San Mamés lo pitará el aragonés Clos Gómez. Preferían al vasco Pérez Lasa. O al asturiano engominado Muñiz Fernández.