Roma

El Gobierno pide ayuda para el Valle de los Caídos

La visita del Papa es pastoral, no de Estado. Sin embargo, el Gobierno aprovechó para sacar los asuntos políticos en la comida que mantuvo en Moncloa el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, con los ministros de Exteriores y Presidencia, Trinidad Jiménez y Ramón Jáuregui.

Imagen de archivo donde aparecen Trinidad Jiménez y Ramón Jáuregui, junto al cardenal Bertone (centro), el nuncio (izquierda) y Monseñor Becciu (derecha)
Imagen de archivo donde aparecen Trinidad Jiménez y Ramón Jáuregui, junto al cardenal Bertone (centro), el nuncio (izquierda) y Monseñor Becciu (derecha)larazon

En concreto, un asunto en que el Ejecutivo pretende contar con la ayuda de la Santa Sede en los próximos meses: la reforma del Valle de los Caídos. El Gobierno había asegurado en los días anteriores que le plantearía al representante del Vaticano su idea para que le ayudara en su tarea de transformar un santuario «del nacionalcatolicismo franquista» en un lugar de reconciliación. En suma, un lavado de cara para eliminar «la imagen de un solo bando» que tiene el Valle. Tras el almuerzo, fuentes del Ministerio de la Presidencia aseguraron que Jáuregui encontró «máxima receptividad» y «comprensión» en el cardenal Bertone.

El Vaticano, no obstante, rehusó comentar el asunto y mucho menos adoptar una postura. El portavoz de la Santa Sede, Paolo Lombardi, descartó que vayan a adoptarse «soluciones particulares» durante esta visita. Es más, calificó el encuentro, al que también asistieron la embajadora de España ante la Santa Sede, María Jesús Figa, el nuncio de Su Santidad en España, Monseñor Renzo Fratini y el sustituto para los Asuntos Generales del Vaticano, Monseñor Giovanni Angelo Becciu, como «una comida de cortesía». También aseguró que el Papa no hablaría con Zapatero de este asunto, como así fue. «El motivo de este viaje es la JMJ. Se hablará de las temáticas relacionadas con la juventud, pero no creo que se hable de nada más», explicó.