Sitges

Diario de un hombre lobo en Sitges: se hizo el «Crepúsculo»

La noche no ha caído aún y algunos ya temblamos aquí en Sitges. Una extraña amenaza se cierne sobre la ciudad costera, al filo de las horas de oscuridad: son extrañas criaturas, jóvenes la mayoría, llevan camisetas con mensajes como "Todos somos Edward y Bella".

Fotograma de "Vampires"
Fotograma de "Vampires"larazon

Hacen largas colas a la entrada del auditorio y del hotel donde el certamen tiene su base. Y, en el momento clave, se sabe que ha llegado a quien esperaban por la algarabía de gritos inhumanos. Sí, lo han adivinado: un actor de la saga "Crepúsculo"está en Sitges. Ha venido a promocionar un DVD. ¿Es acaso el guaperas Robert Pattison? ¿O la mohines Kristen Stewart?

No, no es ninguno de ellos. ¿Quizá el peludo licántropo Taylor Lautner? Tampoco: el griterío se debe a Kellan Lutz, o sea, el hermano del "prota", el vampiro Emmet Cullen. Sí, hombre, el cachas del chándal. En fin, a otra cosa, antes de que la amenaza se extienda y logre su propósito: dominar este artículo.

Aunque eso es Sitges: un vídeojuego creado para durar doce días en una partida interactiva en la que unos cuantos se lo pasan de miedo –literalmente, para poder decir que lo han disfrutado-, y ahí entra el fenómeno fan. Sin juventud y entusiasmo no existiría. Aplausos para todos los valientes que paseaban ya ayer maquillados como zombies; por cierto, el famoso Tom Savini –me lo chiva un amigo que sabe de esto, gracias David-, maquillador de estrellas y hombre indispensable en el género, daba ayer una "master class"entre proyección y proyección.

Por cierto, para vampiros, los de "Vampires", una broma belga que tiene muy buena pinta cuyo director, Vincent Lannoo, no se ha roto la cabeza con el título, pero sí con el formato: ¡cómo se ha puesto de moda lo del falso documental! Aunque quien firma no ha podido verla aún: cosa de los apretados horarios de un certamen que va sobrado en lo cualitativo y sobradísimo en lo cuantitativo.

Así, otra cita que me salté fue la comparecencia del Premio de Honor, Vincent Cassel, con su lánguida mirada. Aunque, si se trataba de defender la cinta que apoya al galardón en el programa, "Notre jour viendra"("Nuestro día vendrá"), mejor mirar a otro lado.

No es ya que no sea cine de género, es que no hay por donde agarrar un producto tan confuso como pedante, la historia de dos perdedores, joven y veterano, en una huída absurda a ninguna parte huyendo del color de su pelo, o algo así. Que me la expliquen. Ya sale la luna, he de ir a esconderme antes de transformarme. Y ya saben que los hombres lobos nos llevamos a matar con los vampiros…