Estados Unidos

Dónde está la ceja

La Razón
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Se diga lo que se diga o se cuente lo que se cuente, la realidad es evidente: España está en guerra. España está participando en la intervención militar articulada por una alianza internacional que está actuando bajo mandato de Naciones Unidas pero sin una identificación clara. Por un lado la Alianza Atlántica no quiere llevar la voz cantante, por otra parte Estados Unidos evita cualquier protagonismo real; sólo Francia y el Reino Unido están buscando a lo loco convertirse en los líderes de esta operación que ha comenzado sin un casco que tenga una identificación internacional clara.

¿Y qué pinta España en todo esto? Pues bien, supongo que este martes Rodríguez Zapatero nos sacará de dudas en el Pleno extraordinario del Congreso, donde va a defender la intervención de España en esta guerra. Seguro que se presenta con un argumentario bien elaborado, pero el problema no es lo que diga esta mañana. El problema que tiene Zapatero es lo que ha dicho en el pasado. Primero fue la guerra de Irak que utilizó políticamente hasta el extremo, la falta de rigor institucional al no levantarse ante la bandera de los Estados Unidos, la retirada precipitada de las tropas españolas de aquella guerra iraquí para más tarde intentar vender a la opinión pública que la presencia de España en Afganistán y en el Líbano era única y exclusivamente por motivos humanitarios. Estos son los hechos tozudos, pero las imágenes de Zp no se quedan atrás: manifestaciones contra la guerra, el apoyo incondicional de los artistas de la ceja y la explotación de un viejo y rancio pacifismo. El problema de Zapatero no es la guerra en sí misma. El problema de Zapatero es la permanente contradicción con su pasado, con su discurso político y con una actitud destructiva contra el Gobierno que presidía José María Aznar.

El Ejecutivo se refugia en que esta guerra es legal puesto que tiene la cobertura de Naciones Unidas. Falso. Naciones Unidas ha dado luz verde para crear una zona de exclusión aérea, algo que se ha realizado con rapidez y eficacia. Una vez ejecutada esa orden. ¿Ahora qué? Nadie habla de los siguientes pasos, los países árabes han puesto el grito en el cielo y desde luego la cobertura legal se ha terminado con lo realizado este fin de semana. ¿Quién va a derrocar al dictador Gadafi? ¿Quién va a coger el toro por los cuernos? Por el momento, sólo Francia y el Reino Unido parecen dispuestos a ello. Mientras, Zapatero mira y sonríe.

Desde el PSOE dicen que aquí no hay fotografía de las Azores. Es verdad. La fotografía es la de París. Y allí estaba Zapatero, introduciendo a España en una guerra. En la guerra de Libia. A los que no hemos visto todavía son a los artistas de la ceja. ¿Dónde se esconden? ¿Van a sacar las pancartas del ¡no a la guerra!? Lo dudo mucho. Están desaparecidos. Para siempre jamás. Por la cuenta que les trae.