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Rabat impone el estado de sitio policial en El Aaiún

La agencia oficial marroquí Map aseguraba ayer que «la vida ha regresado a la normalidad en El Aaiún» después de la intervención de las Fuerzas de Seguridad alauíes (Gendarmería Real, Fuerza Auxiliar y Policía) para terminar con los disturbios «perpetrados por los enemigos de la integridad territorial del reino». Fuentes saharauis consultadas por LA RAZÓN confirmaban ayer el control marroquí de la ciudad a excepción de tres barrios: Elauda, Elhaya y El Amal.

Los disturbios continúan en tres barrios de El Aaiún, según el Polisario
Los disturbios continúan en tres barrios de El Aaiún, según el Polisariolarazon

«Esta mañana en las calles de Elauda se ha quemado una comisaría y una escuela», precisó el activista saharaui Taher Yazidi desde El Aaiún. La resistencia perdió ayer intensidad. Las barricadas de la avenida Smara del lunes quedaron despobladas. Los incidentes registrados por la mañana en el barrio de Matala fueron sofocados por los agentes del orden marroquíes. Vehículos incendiados o cristales rotos permanecían, sin embargo, como parte del paisaje urbano. Pequeños grupos de saharauis repelían la presencia de la policía marroquí a pedradas. Yazidi vive en Matala y ayer optó por quedarse en casa junto a su mujer, su hijastra y sus tres hijos. «Hay un gran despliegue de las fuerzas marroquíes en el barrio. No nos atrevemos a salir », explicó. Pero, algunos hogares saharauis fueron sorprendidos con inspecciones. «Los agentes alauíes han allanado las casas de activistas saharauis y los obligan a jurar fidelidad a Mohamed VI bajo el grito de: ¡Viva el rey!; ¡Viva el Sáhara marroquí!», detalló a este periódico el portavoz del campamento desmantelado, Brahim Ahmed, que por el momento no había recibido ninguna visita inesperada. Cree que se trata de registros selectivos para localizar a los miembros del comité negociador del llamado «campamento de la dignidad». También denunciaron los saqueos por parte de los civiles y de los agentes marroquíes en los bazares (comercios) de los saharauis que, aseguran, fueron destrozados el lunes.

La Delegación Saharaui envió ayer un comunicado en el que elevaba a once la cifra de locales muertos, a 723 la de heridos y 153 los desaparecidos. Los detenidos sumarían 70. Rabat, por su parte, también aumentó el balance oficial de fallecidos pero a nueve: ocho efectivos alauíes –tres heridos que según Map murieron ayer–, y el joven saharaui. Todavía sigue siendo prácticamente imposible conocer con exactitud qué está ocurriendo en El Aaiún. La prohibición de Rabat de que viajen periodistas extranjeros y observadores internacionales a la zona dificulta la labor de verificación de la información que se obtiene exclusivamente a través de las partes involucradas en el conflicto magrebí.

Las ediciones on-line de los periódicos marroquíes apenas daban cuenta de los sucesos en El Aaiún. «Aujourd'hui Le Maroc» recogía la nota de la agencia Map sobre la supuesta vuelta a la normalidad, mientras que en «Le Soir» ninguna de las informaciones de portada trataba a la tensión en el Sáhara Occidental. Únicamente se encontraba un artículo sobre la reanudación de las conversaciones informales en el marco de Naciones Unidas.

Pesimismo

Pese a la creciente tensión, ayer se celebró la segunda y última jornada de reunión entre las dos delegaciones con el enviado personal de la ONU, Cristopher Ross, como mediador. Igual que en las ocasiones anteriores, se publicará un comunicado en que ninguno de los actores implicados piensa comprometerse. Marruecos no acaba de confiar en este foro y el Polisario ve imposible el avance después de la brutal agresión. Francia, tradicional defensor de la política alauí, pidió ayer un esfuerzo mayor por el diálogo «ahora más que nunca».