Buenos Aires

El populista Humala gana las elecciones en Perú

La izquierda y la derecha moderadas concentrarán su voto para evitar la victoria de Humala el 5 de junio.

Miles de peruanos residentes en Madrid acudieron a las urnas para ejercer su voto
Miles de peruanos residentes en Madrid acudieron a las urnas para ejercer su votolarazon

Tal como lo anunciaron los pronósticos, habrá segunda vuelta en Perú el 5 de junio. Así parecía al cierre de esta edición, tras conocerse las primeras encuestas a pie de urna, que confirmaron el triunfo de Ollanta Humala con un amplio margen sobre el segundo, pero sin alcanzar el 50% de votos necesario para obtener la Presidencia del país en primera vuelta.

La encuesta conocida, de Iposos Apoyo, concedió el 31,6% a Humala, frente al 21,4% a Fujimori. Más lejos quedó el ex ministro Pedro Pablo Kuczynski –PPK- 19,2%, por lo que quedaron empatados virtualmente, ya que el trabajo de la encuestadora tiene un margen de error de 3 puntos porcentuales. Los otros sondeos arrojaban resultados parecidos.

Uno de los primeros en reaccionar fue PPK desde su local partidario, confiado en pasar a la segunda vuelta. «Hay un empate técnico. Hay que esperar tranquilos». Al final otros eran los que tenían que retirarse», dijo en clara referencia a Alejandro Toledo.

Un escenario conocido
Al final, el escenario fue similar al de 2006. Los peruanos votaron ayer con una certeza y muchas dudas: nadie dudaba de que el líder nacionalista Ollanta Humala se iba a imponer en este primer turno. Sin embargo, otra cosa muy distinta será la segunda vuelta cuando la derecha y la izquierda más centrada se unan para vencer al líder radical, como ocurrió hace cinco años.

Ollanta Humala, un ex teniente coronel del Ejército que se define como nacionalista y a quienes sus rivales perciben como un lobo con piel de cordero patrocinado por el presidente venezolano, Hugo Chávez, se disparó en los sondeos en marzo gracias a una campaña que prometía reducir la pobreza a partir de cambios del modelo económico de libre mercado vigente en Perú desde hace 20 años.

Sin embargo, Humala –«el guerrero que todo lo ve» en Aymara–, declaró que se siente más cercano al modelo brasileño e inclusive al argentino, e indicó que muchas de las medidas que se han aplicado en Venezuela (como intervención en la tasa de cambio o en el Banco Central) no son aplicables en Perú. En un país cuyo PIB creció el año pasado casi un 8%, que tiene el crecimiento más alto en la última década, la popularidad de Humala se explica porque esa nueva riqueza no se reparte equitativamente entre todas las clases sociales y el país tiene en la pobreza a un 34% de la población.

Humala despierta pasiones y odios por igual. Cuando ayer el candidato presidencial por el partido Gana Perú, y su esposa Nadine Heredia votaban en un colegio del distrito de Surco, fueron recibidos entre pifias e insultos de los electores presentes en el lugar. Al comienzo los gritos que se escucharon fueron: «¡Hagan su cola», «Cola, cola», para después pasar a «Chávez, no», «¡democracia!» y «asesino», lo que puso en aprietos a la pareja presidencial.

En el nombre del padre
Respecto a los otros candidatos con posibilidades, Pedro Pablo Kuczynski admite que una anécdota de mal gusto lo catapultó: en un mitin, una mujer le cogió los genitales. El chisme corrió y miles entraron a Internet a buscar la foto. Y algunos de los que lo hicieron comenzaron a fijarse en ese hombre con aspecto de turista "yanqui"extraviado.

Kuczynski representa a un sector nada despreciable de la sociedad, el que sueña con una derecha liberal como motor de desarrollo. Este economista-músico, sindicado como el «candidato de los ricos» y cuestionado por su nacionalidad norteamericana, se transformó en la sorpresa de esta campaña electoral peruana. En el caso de Keiko, las resistencias tienen que ver con que se trata de la hija del ex presidente Alberto Fujimori, quien cumple una condena de 25 años de prisión por violaciones de los derechos humanos durante su Presidencia (1990-2000).

Keiko, que si algo ha demostrado es sentir un verdadero amor hacia su padre, ha promovido una campaña que parece más interesada en el indulto de su progenitor que en los problemas de Perú. «Keiko pretende imponer una dinastía japonesa en el país», advirtió el ex presidente Toledo hace unas semanas.

Uno de los que no se mordió la lengua durante la campaña fue el premio nobel y ex candidato presidencial Mario Vargas Llosa. El autor de «El sueño celta» dijo que «si a la segunda vuelta llegaran Ollanta Humala y Keiko Fujimori para los peruanos sería como elegir entre el cáncer y el sida terminal».

Pero metáforas aparte, el hecho de que tanto Fujimori como Humala tengan la posibilidad de convertirse en presidentes de Perú indica bien a las claras que algo no funciona correctamente en el país y una considerable parte de la población se siente maltratada por sus clases dirigentes y opta por castigarlos, aunque se perjudiquen ellos también.