París

Vuelve a estallar la guerra en el imperio L'oréal

Poco ha durado la paz en el clan Bettencourt. Madre e hija firmaban el cese de las hostilidades en diciembre. Una reconciliación – rubricada por contrato y en presencia de sus abogados– tras años de conflictos.

Vuelve a estallar la guerra en el imperio L'oréal
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Françoise Meyers-Bettencourt ha desenterrado el hacha de guerra para cargar de nuevo contra el entorno de su progenitora, Liliane Bettencourt, al que acusa de aprovecharse de ella. En concreto, su abogado, Pascal Wilhem, que es la persona que sería nombrada «protector de los bienes» en caso de dificultad o imposibilidad de la anciana y quien podría tomar en su nombre las decisiones oportunas si Madame Bettencourt no pudiera seguir ejerciendo sus funciones al frente del holding Téthys, que gestiona su fondo patrimonial y sus inversiones, de la Fundación Bettencourt-Schueller y del consejo de administración de L'Oréal, de la que es accionista mayoritaria. La anciana no gozaría de sus «plenas facultades cognitivas» como atestigua un informe judicial que también constata la «enfermedad cerebral y la severa sordera» que sufre. De ahí que su hija quiera que un juez la declare incapaz y decrete inválido el pacto con Pascal Wilhem. La multimillonaria, de 88 años, dijo ayer que no pretende dejarse «pisotear» por su hija y aseguró que «puedo desprenderme más fácilmente de ella que de mi entorno».