Grecia

Política y economía

La Razón
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Todos sabemos de la estrecha relación entre la política y la economía y cómo esta última suele ir por delante de la primera en casi todas las ocasiones, aunque no siempre. Pues bien, ayer fue el día en el que vimos a las Bolsas y a los llamados mercados, en general europeos, ir por detrás o a remolque de la política. Sabemos que la UE bordea el filo de la navaja de la recesión y ese fantasma nos acompañará todavía un par de años más, siempre que hagamos las cosas bien iremos abandonando ese fino filo y encarando la salida a una crisis que parece eternizarse, aunque el peligro subsiste y perdurará todavía un tiempo. Pero estábamos necesitados de ciertos cambios, de algunos gestos que apuntalaran al menos la creencia de que algo se está haciendo y es ahí donde aparecen los primeros movimientos. Hemos visto como Grecia se hundía sin remisión en los últimos años y como la Italia del G8 iniciaba la pendiente abajo siguiendo los pasos del país heleno. La llegada sin duda de Lucas Papademos al Ejecutivo griego y de Mario Monti al Palacio del Quirinal ha obrado el milagro en los mercados y ayer las Bolsas alcanzaban los puntos más bajos de la última semana. Repito, no estamos fuera de peligro, el enfermo sigue todavía en la UVI, pero los gestos en la política hacen que la economía respire mejor. Por tanto, hoy podemos y debemos felicitarnos por ese doble ejemplo y empuje de los mercados gracias a la buena política. Es sólo el principio. Ahora le toca a España que con el 20-N debe incorporarse al grupo de cabeza de los países que se mueven del lado de las cosas bien hechas. El domingo entrará la buena política en acción en nuestro país y eso debe animar también a los mercados en general. España, como le ha sucedido a Grecia y a Italia más tarde, es de esos países con niveles de deuda por encima de la media de la UE y el que peor lleva lo del empleo con 6 millones de parados. Para salir de ese atolladero la economía debe hacerse acompañar de la buena política para evitar situaciones como la griega o la italiana que han acabado con fuertes estallidos sociales y sendos países prácticamente en bancarrota. Para evitarlo, repito, política y economía han de ir de la mano pero cuando la economía falla debe entrar en acción la buena política que es a lo que nos encaminamos el próximo domingo con las elecciones generales. Si Grecia e Italia han cambiado sus respectivos gobiernos en medio de gravísimas convulsiones, España puede y debe hacerlo el 20-N sin enfrentamientos de ningún tipo y con la democracia por bandera, es decir, acudiendo todos a votar para decidir en libertad que es lo que queremos hacer con nuestro futuro.