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Nueva York

BP admite que el vertido de crudo en el Golfo de México es incontrolable

El desastre crece y las acusaciones contra BP también. Ahora se acusa a la firma de ahorrarse los costes de prevención.

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Desde que se produjo la explosión en la plataforma de Deepwater Horizon, operada por British Petroleum (BP) en las aguas del Golfo de México, la marea negra no ha dejado de crecer y salpicar a la Administración Obama. Desde el pasado 20 de abril, las autoridades estadounidenses han reconocido que cada vez que han obtenido nuevas informaciones sobre las dimensiones del desastre descubrían que la situación era peor de lo que se imaginaban. Así las cosas, ayer el jefe de operaciones de explotación y producción de la anglo-holandesa BP, Doug Suttles, admitió ayer en una conferencia de prensa que todavía no han conseguido detener el flujo de petróleo. De momento, BP se dedica a la construcción de un nuevo pozo con el que sellar el que vierte 5.000 litros de crudo al día, que según los pronósticos más optimistas estará terminado en unos 90 días.Cruce de acusacionesLa compañía anunció ayer que desde el pasado domingo trabaja en el desarrollo de dicho pozo, cuyo presupuesto es de seis millones de dólares diarios. BP emitió este comunicado justo un día después de que afirmase que se iba a hacer cargo de los costes de las labores de limpieza. Ya lo advirtió Obama cuando visitó la zona afectada el pasado domingo al recordar que «BP pagará la factura». Precisamente, ese mismo día fue cuando comenzó la construcción de un pozo auxiliar para interceptar y aislar al responsable del vertido, mientras seguía el cruce de acusaciones entre la Administración federal y la petrolera sobre quién debía asumir la culpa del desastre. BP también ha dado cuenta de que se ha realizado una segunda inyección de dispersores de crudo directamente al chorro de la fuga, cerca del vertido principal en el fondo de mar. Con esta medida, se espera que el petróleo se degrade de forma natural. Además, la petrolera utiliza ocho submarinos manejados por control remoto con 870.000 litros de dispersor que se emplearán en cuanto las condiciones meteorológicas de la zona mejoren. Mientras, en tierra, el portavoz de BP, Andrew Gowers, negó las acusaciones de que las perforaciones que se estaban llevando a cabo eran más profundas de lo permitido. «Esas imputaciones son incorrectas», respondió Gowers en referencia a las denuncias de los abogados que representan a grupos de ecologistas y pescadores afectados. De momento, la empresa, ansiosa de buenas noticias que lanzar a la opinión pública, informó que los agentes químicos que se utilizan para dispersar el crudo y evitar que asciendan a la superficie funcionan. Pero BP no ha revelado detalles específicos de cómo lo hacen y si será suficiente para minimizar la catástrofe. Por otro lado, en otra de las demandas se apunta a que BP optó por no instalar equipos preparados para prevenir explosiones y sellar derrames, que podrían haber evitado que se vertiera todo el crudo que avanza por las aguas del Golfo de México. Los abogados mantienen que BP tomó esta decisión para ahorrarse dinero. Mientras, los estados de Alabama, Florida y Mississippi han solicitado la ayuda de la Guardia Nacional para ayudar en las labores de lucha contra el vertido de crudo como ya hizo la semana pasada Luisiana. Allí, 6.000 efectivos colaboran en las tareas para hacer frente a este desastre ecológico.