Europa

Alicante

Un avión sin licencia única arma contra el narcotráfico

La decisión de la Agencia Tributaria (AEAT) de privatizar el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) puede tener graves consecuencias en la salud pública. España es la puerta de la droga en Europa y las costas están desprotegidas desde el 3 de noviembre.

Los aviones de la Agencia Tributaria han tenido que pasar controles muy estrictos para poder cambiar la matrícula de militar a civil
Los aviones de la Agencia Tributaria han tenido que pasar controles muy estrictos para poder cambiar la matrícula de militar a civillarazon

El pasado 15 de noviembre era la fecha elegida para que la Unión Temporal de Empresas (UTE), formada por Airbus Military e Inaer –que se encargarán del mantenimiento de las aeronaves y de la operatividad de vuelo, respectivamente–, comenzara a operar los aviones de la Agencia Tributaria para interceptar a los narcotraficantes que intentaran introducir la droga en nuestro país. Sin embargo, la UTE no ha podido comenzar a desarrollar su labor porque el mal estado de los aviones ha provocado un retraso en el proceso y los aviones siguen sin tener la documentación en regla para realizar las misiones.

De los seis C-212 que AEAT ha puesto en manos del consorcio, sólo uno está a punto de culminar el proceso de cambio de matrículas –de militar a civil– y tiene placas provisionales, según fuentes de la Agencia Tributaria. Esto significa que la operatividad queda restringida a vuelos de formación. Del resto de aeronaves, dos han iniciado los trámites para sustituir las placas y otra será utilizada para recambios debido a su mal estado de conservación. La última no estará a disposición de Inaer hasta el próximo año.

Por todo lo anterior, la UTE sólo tiene un avión que no puede hacer operaciones de vigilancia y que tampoco tiene instalada la cámara térmica para operar de noche comprometida en el contrato, una de las razones de peso para la privatización del servicio por parte de Hacienda.

Otro de los puntos del acuerdo que podría verse comprometido es el relativo al uso de las horas de vuelo. Ninguno de los pilotos designados por Inaer tiene experiencia en este tipo de misiones y la compañía podría «camuflar» como operaciones de vigilancia lo que en realidad son vuelos de formación.

De producirse, vulneraría el acuerdo firmado con AEAT pues, según confirmó a LA RAZÓN el director general de Aduanas, Nicolás Bonilla, el cambio del modelo de gestión era básicamente una cuestión económica. «El acuerdo con el Ejército del Aire establecía que el 15 por ciento de las horas de vuelo se destinarían a la formación de pilotos y ahora, con la privatización, la formación correrá a cargo de Inaer». Los pilotos seleccionados por Inaer proceden de Salvamento Marítimo y de la dirección general de Pesca, gestionados también por la compañía privada.

Derecho de veto

Para evitar que esta situación se produzca, la Agencia Tributaria se reservó el derecho de «veto» sobre los pilotos seleccionados por Inaer que no cumplieran con los requisitos mínimos exigidos para el servicio. En este punto, la realidad existente es que la falta de planificación del proceso de privatización ha dejado el mar en manos de los traficantes de drogas. El pasado 3 de noviembre, el Ala 37 del Ejército del Aire suspendió las operaciones porque las horas de vuelo contratadas se habían agotado. Diez días después, AEAT logró un compromiso con los militares para realizar dos operaciones más. En la primera, se interceptó a 120 millas de la costa de Cádiz un barco con 20 toneladas de droga a bordo.

La solución no es fácil ni tiene visos de solucionarse a corto plazo. Una vez que el avión de la base de Alicante tenga los permisos necesarios deberá cubrir la vigilancia de todo el litoral, un trabajo que hace menos de un mes se realizaba con seis aviones.