Silvia Grijalba un regreso a los orígenes

Silvia Grijalba sabe que «el español no es una lengua del rock». Pero, sin embargo, es ahí donde pulió su estilo, en los acantilados de todas esas letras de bardos, bandas y grupos de habla inglesa. Su pulso literario nace del contacto con ese magma y, también, en esa confusa ruta de festivales musicales que cada año suelen salpicar la geografía española. Una singladura de conciertos que conoce muy bien y de las que ha ido haciendo crónica, hecho, noticia. Sus libros provienen de la imaginación, de la experiencia propia, que siempre es la principal inspiración. Pero el cuño periodístico, la veta de la que nacen su tensión ensayística y el recorrido novelístico de la que hace gala ahora se fueron trabando en esa prosa sólida y firme que se adquiere en el ambiente que rodea todo lo musical y nocturno.

El XVI Premio Fernando Lara de Novela, que se falló ayer en Sevilla, recayó sobre esta escritora, preocupada por lo cercano, por las inmediaciones de lo próximo. Se presentó con el seudónimo de Marina Radis y eligió para su obra el título «Contigo aprendí». Una obra que habla del pasado, de la vuelta a las raíces, a la tierra, a lo que se ha dejado atrás y se quiere reconquistar de nuevo, retomar. La historia de un indiano que, después de amasar una gran fortuna en la isla de Cuba, decide volver sobre los pasos familiares y regresar a esa tierra de ancestros de donde proviene. Toma el viaje de vuelta, que, en este caso, siempre es un viaje al futuro, a lo provisional, a lo que puede suceder sin seguridad ninguna. Se reencuentra, entonces con los pueblos y las montañas de Asturias, de donde salieron remesas de inmigrantes en otro tiempo y que tanta nostalgia dejó entre aquellos que una vez partieron. La intención del protagonista es clara. Emprender un nuevo desafío, el de la familia. Una determinación que le conduce a elegir a una mujer concreta, a la mujer más bella del lugar. A partir de ahí arranca una trama personal donde los sentimientos son la baza principal de la escritora.

Al recoger el premio, Grijalba se acordó de su abuela, en la que se inspira el personaje central del libro, «una mujer valiente que vivió entre Cuba, Nueva York y Asturias». También dijo que es un homenaje al «glamour» de los años 30 en España, y que había pensado escribir la historia hace 11 años, pero ha tardado «otras dos novelas en hacerlo». «Es un libro muy vinculado a mi familia. Una de las claves para poder escribirlo a pesar de todo ha sido el fallecimiento de mi abuela y el de mi padre», dijo muy emocionada.

Novelista, poeta, ensayista, cronista y directora del festival del Spoken Word Palabra y Música, esta autora ha recorrido diferentes caminos en la literatura. Hace unos años conjugó su vocación musical y literaria –se reconoce como una auténtica devota de las obras de Paul Bowles– dando forma a un libro con repercusión: «Palabra de rock: antología de letristas españoles». En esta obra aborda cómo los músicos españoles, no necesariamente escritores o poetas, han ayudado al desarrollo del rock en España y reivindicado el valor que tienen las letras de las canciones. En su bibliografía también sobresale un ensayo, «Dios salve a la movida», en el que recupera algunos testimonios de las personas que protagonizaron la movida madrileña, pero intentando arrojar una luz precisa, sin confusiones de la nostalgia. En el terreno estrictamente creativo, el que pertenece a la literatura, destaca: «Atrapada en el limbo», un «thriller» del mundo de las terapias, pero siempre vinculado a la esfera del rock. Con anterioridad ya había abordado otro título que le proporcionó resonancia y buenas críticas: «Alivio rápido». Una obra estrechamente ligada a la atmósfera de los grandes grupos y espectáculos del rock. . Con este título, Silvia Grijalba adquirió un renombre, el de escritora prometedora que,después, ha ido creciendo.