Historia

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Joaquín Costa cien años después por Ramón TAMAMES

Joaquín costa, cien años después, por Ramón TAMAMES
Joaquín costa, cien años después, por Ramón TAMAMESlarazon

En 2011 se conmemora el centenario de la muerte de Joaquín Costa, padre del Regeneracionismo español; una corriente política con la que se intentó reconducir la suerte de la nación, desde la decadencia de la oligarquía y el caciquismo a la justicia social y la libertad. No con fatuos objetivos imperiales, sino concienciando al pueblo del amor a la naturaleza (aguas, bosques, paisaje), y en pro de la elevación de su nivel cultural.
Algunos han visto en el Regeneracionismo los fundamentos del fascismo español, señalando ante todo a Miguel Primo de Rivera; quien tal vez llegó a considerarse a sí mismo como el costiano «cirujano de hierro» que había de transformar la sociedad española con su dictadura (1923/1930). E igualmente, se atribuyeron a Costa influencias autoritarias y de profundo cambio socio-económico que pudieron hacer mella en el pensamiento de Ortega y Gasset, Indalecio Prieto y el propio José Antonio Primo de Rivera. Cuestiones, todas ellas, harto discutibles.
El caso es que Joaquín Costa (Monzón, Huesca, 1846–Graus, Huesca, 1911), supo sintetizar su regeneracionismo en fórmulas breves y contundentes. Como «Doble llave al sepulcro del Cid, para que no vuelva a cabalgar», a fin de poner término a la obsesión histórica de las pasadas grandezas de España; «Escuela y despensa», preconizando más y mejor enseñanza, y nutrición más adecuada para la infancia. Como también planteó, en su obra «Política hidráulica», la ampliación del regadío español; y la reforestación de los pelados montes del país en su hermoso libro «El arbolado y la Patria».
Todos los regeneracionistas de cierta significación fueron más o menos discípulos de Costa: Lucas Mallada, con su libro «Los males de la patria y la futura revolución española» (1890), Ricardo Macías Picavea, con su obra «El problema nacional» (1899), y Julio Senador Gómez con «Castilla en escombros» (1915).
En la España de hoy, en la que el proyecto de Nación brilla por su ausencia, muchas de las ideas del Regeneracionismo continúan teniendo validez.