Estados Unidos

Adiós al mito de que se descubre a un mentiroso mirándole a los ojos

A pesar de que se suele creer que los ojos delatan la sinceridad o la falsedad de cualquiera, una investigación ha revelado que no se puede detectar la mentira en los ojos. En tres experimentos realizados, los movimientos oculares de individuos que mentían y de otros que decían la verdad fueron analizados cuidadosamente. De esta forma, se determinó que no existe ningún patrón de movimiento ocular asociado al engaño.

Adiós al mito de que se descubre a un mentiroso mirándole a los ojos
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Los defensores de la Programación Neurolingüística (PNL), modelo de comunicación interpersonal que se ocupa fundamentalmente de la relación entre los comportamientos y las experiencias subjetivas, han afirmado durante mucho tiempo que es posible determinar si una persona miente o no a partir del movimiento de sus ojos.

Sin embargo, una reciente investigación, de la que se ha hecho eco la revista PLos ONE, revela que esta afirmación no tiene fundamento, y que la mentira no puede ser detectada a través de los ojos.

Ninguna relación constatada
Durante décadas, muchos practicantes de PLN han afirmado que cuando una persona mira hacia arriba y a la derecha es probable que esté mintiendo, mientras que mirar hacia arriba a la izquierda es un indicativo de que se está diciendo la verdad.

El profesor Richard Wiseman (de la Universidad de Hertfordshire, en el Reino Unido) y la doctora Caroline Watt (de la Universidad de Edimburgo) probaron esta idea con voluntarios cuyas imágenes fueron grabadas cuando mentían o decían algo cierto. A partir de estas imágenes, se codificaron cuidadosamente los movimientos oculares de todos los participantes.

En un segundo experimento, se pidió a otro grupo de participantes que mirasen las películas grabadas en la prueba anterior, y que intentaran detectar en ellas las mentiras de los voluntarios del primer grupo, a partir del movimiento de sus ojos, informa Tendencias 21.

"Los resultados del primer experimento revelaron que no existe ninguna relación entre el acto de mentir y el movimiento de los ojos. En el segundo experimento, se demostró que contarle a la gente las afirmaciones de los practicantes de la PNL no mejora la capacidad de detectar la mentira", afirma Wiseman en declaraciones recogidas por AlphaGalileo. Idea sin fundamentoEn un último experimento, que fue realizado en colaboración con los investigadores Leanne ten Brinke y Stephen Porter, de la Universidad de British Columbia, en Canadá, los científicos analizaron videos de mentirosos y de personas sinceras, en los que estos hablaban de familiares desaparecidos o afirmaban haber sido víctimas de algún delito.

"Nuestra investigación con estos videos sugiere que sí hay diferencias significativas entre el comportamiento de los mentirosos y de los individuos sinceros. Sin embargo, no llegó a surgir en este caso el supuesto patrón del movimiento de ojos como testigo (de la falsedad o veracidad de los testimonios contados)", afirma Leanne ten Brinke.

"Una gran porcentaje de la gente cree que ciertos movimientos oculares indican la mentira, y esta idea se utiliza incluso en cursos de entrenamiento organizacional. Nuestra investigación no proporciona ninguna base a esta idea, lo que sugiere que este método para detectar el engaño debería ser abandonado", remarca Watt.

Una tecnología contradice estos resultadosLos resultados obtenidos en esta investigación no sólo son opuestos a las afirmaciones de los defensores de la PNL, sino que además contradicen los hallazgos realizados con una tecnología presentada en 2010 por expertos de la Universidad de Utah, en Estados Unidos.

Un equipo de investigadores de dicha Universidad informó de la creación de un sistema que sí permite detectar la mentira a través de los ojos, superando en la exactitud de sus diagnósticos al tradicional polígrafo.

Concretamente, el sistema funcionaba con un programa informático específico capaz de interpretar el significado del movimiento ocular, y estaba basado en la idea de que mentir requiere de un esfuerzo cognitivo mayor que decir la verdad, esfuerzo que se refleja en los ojos.

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