Aborto

«Mi embarazo estaba muy avanzado pero a Morín no le importó»

Las clientas del doctor, acusado de más de 100 abortos ilegales, relatan las intervenciones en las clínicas

El doctor Carlos Morín, en un momento del juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona
El doctor Carlos Morín, en un momento del juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelonalarazon

BARCELONA- El juicio contra el doctor Carlos Morín, acusado de realizar más de un centenar de abortos ilegales en clínicas de Barcelona, vivió ayer uno de sus días clave. Llegó el turno para declarar para las clientas que se sometieron a una interrupción del embarazo en los centros del principal acusado en esta causa.

La mayoría de las testigos no recordaban mucho de las intervenciones, pero plantearon algunas dudas sobre la legalidad de las clínicas de Morín. La testigo más importante en este sentido fue Nieves, que aseguró que llegó a uno de estos centros en «estado avanzado de embarazo», lo que, según dijo, «a los responsables no les importó». Según la joven, su gestación superaba las 24 semanas del límite.

Nieves señaló que no recuerda ningún nombre de los médicos de la clínica TGB, donde fue sometida al aborto, pero sí que reconoció a uno de los imputados, sentado en el banquillo de los acusados. Esta clienta admitió, al igual que el resto de mujeres que testificaron ayer, haber pagado una cantidad de dinero a Morín. Las cifras oscilaron entre los 1.500 y los 3.000 euros, dependiendo del caso.

Morín está imputado junto a otras once personas por más de un centenar de abortos ilegales. Entre ellas está su esposa, María Virtudes Sánchez, que en su declaración negó que tuviera nada que ver con los hechos por los que está acusada. El doctor afronta más de 300 años de cárcel. Su defensa intentó anular el juicio, con diferentes artimañas, pero no lo han conseguido.
No obstante, LA RAZÓN pudo saber que se han suprimido algunos de los testigos de la defensa, por considerar que sus versiones son poco sostenibles. Este hecho puede ser importante, ya que refuerza la postura de la Fiscalía y de las acusaciones.

La mayoría de las clientas que declararon ayer aseguraron, no obstante, que antes de someterse a la intervención por la interrupción del embarazo, se sometieron a una especie de entrevista psicológica. La mitad de las seis mujeres que testificaron en esta sesión señalaron que abortaron antes de las 22 semanas de embarazo, mientras que el resto, aparte de la citada anteriormente, dijeron que no llegaban a las 24 semanas de gestación.

Una testigo que puede ser clave en este caso aseguró que en una de las clínicas le «indicaron» que en el test psicológico pusiera que «estaba mal». Le preguntaron por esta cuestión porque su encuesta con el psiquiatra estaba llena de tachaduras y rectificaciones. Concretamente, aseguró que le «sugirieron» que pusiera que «estaba mal psicológicamente para que el aborto se pudiera realizar».

Según esta versión de esta mujer, que abortó acogiéndose al supuesto de daños psíquicos para la gestante previsto en la antigua ley, el equipo médico le había suministrado ya la medicación para dilatar antes del aborto cuando fue visitada por el psiquiatra que diagnosticó su trastorno mental.

No fue la primera persona que en el juicio ha asegurado haber detectado irregularidades en las clínicas de Morín. Uno de los anestesistas del doctor declaró que su firma aparecía en numerosas intervenciones que él no había realizado, por diferentes motivos. Todas las mujeres coincidieron en señalar que se les realizaron ecografías para observar el estado del feto y la edad gestacional.

 

En persona y a través de videoconferencia
En la sesión de ayer del juicio que se celebra contra el doctor Carlos Morín, se resolvió una de las principales dudas de este caso. En una situación que se repetirá en los próximos días, algunas de las clientas declararon en la misma sala, mientras que otras prefirieron hacerlo a través de una videoconferencia. En un primer momento se había especulado con la posibilidad de que las mujeres que lo desearan testificaran con un biombo entre ellas y el doctor Morín y el resto de imputados, pero finalmente no hizo falta. Cabe destacar también que todas las mujeres que abortaron en las clínicas del principal imputado lo hicieron en calidad de testigos, no de acusadas. La defensa intentó que pudieran ser imputadas, pero finalmente el juez dio la razón a la Fiscalía y a las acusaciones, por lo que no están acusadas de ningún delito. Las declaraciones de estas testigos se sucederán los próximos días en la Audiencia de Barcelona.