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Don Matías y Ana

La Razón
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La narración del gol de Zarra, perdida en el abismo de Radio Nacional y reinterpretada luego en el estudio por Matías Prats: un anticipo de photoshop de nuestra memoria sonora. Siendo truco, reconstrucción y barraca de régimen, palpita en la segunda década del nuevo siglo. Sin fecha de caducidad, en un teatro de Villa del Río o en un máster de imberbes radiofonistas, Matías, al que una esquirla de la Guerra decoró con gafas para conjuntar el traje con el verbo, repetía el gol de Maracaná y las gentes postreras del XX, chillaban y lloraban, en un bucle deportivo del milagro «Zarra, levántate y marca». Y el vasco, obediente a la voz imperial (de imperio doméstico, queremos decir) volvía a colarla y a incendiar la euforia dormida. Como el chiste que nunca falla, Matías reciclaba el que, según Umbral, era el segundo grito más importante de la Historia de España después del «Tierra» de Rodrigo de Triana. En estos días, nos falta un «matías» que anude (como hacía la radio que ha heredado entera y por méritos el hijo único que nos queda, Carlos Herrera) un momento de nuestras vidas con la imaginación y la palabra y nos diga que lo nuestro no será como es sino mucho mejor que ahora. Pero aquí, la única que repite su número de imperio de mercerías deshabitadas es Ana Obregón. Vuelve para anunciarnos un nuevo verano. Como si la Dama de Elche en triquini sale a pregonar agosto y sus calores.