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Molina de Segura

«A través de la literatura veo todo mucho más alcanzable»

El novelista presentará el próximo martes en Molina de Segura «El último barco a América», su tercer libro. 

La Razón
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MURCIA- Hace diez años no escribía, ni tenía intención de hacerlo. Paco López Mengual (Molina de Segura, 1962) es un autor tardío que descubrió su pasión por contar historias cuando vio la luz «La memoria del barro» (2005), su primera novela, a la que siguió «Mapa de un crimen» (2009) y ahora «El último barco a América», un libro de aventuras ambientado durante la Guerra Civil que se dará a conocer el próximo martes en la Biblioteca Salvador García Aguilar de Molina de Segura y cuya presentación correrá a cargo de la consagrada escritora, María Dueñas.


-¿Por qué decidió centrarse en este período histórico?
-La Guerra Civil es un tema que me ha apasionado desde la adolescencia. Con 13 años leía enciclopedias de la Guerra Civil, que me compraba con la paga que mis padres me daban los domingos.


-En este libro además combina Guerra Civil con fantasía, un extraño cóctel literario...

-Exacto. A raíz de ver «El Laberinto del Fauno» y «El espinazo del diablo» de Guillermo del Toro me di cuenta de que Guerra Civil y fantasía era una mezcla literaria de primer orden que daba otra dimensión a un tema tan manido como la Guerra Civil. Desde el inicio he huido de hacer una novela panfletaria, de buenos y de malos.


-En su libro el sueño de Marcial (el protagonista) es América y una mítica mujer, ¿cuáles son los sueños de Paco López Mengual?
-Cada día tengo un sueño nuevo. Desde que escribo el tiempo pasa muy lento para mí. Escribo desde hace más de ocho años, publico desde hace cinco y parece que han pasado veinte desde que salió mi primera novela. Mi sueño es tener algo por lo que pelear cada día. Tener algo en el horizonte.


-¿Los sueños parecen más próximos o inalcanzables a través de la literatura?

-Más cercanos. A mí la literatura me ha aportado mucho. He conocido a gente espectacular y a la que he admirado siempre. A través de la literatura veo todo mucho más alcanzable que a través de cualquier otra profesión.


-¿Cómo compagina la labor de mercero con la de escritor?

-El mostrador requiere estar muchas horas pero yo me organizo como puedo. A mediodía saco un hueco para escribir. También intento escribir por las noches y los fines de semana. Al principio las clientas se sorprendían y ya la mayoría conoce mi afición por la literatura.


-¿Piensa dedicarse algún día plenamente a la escritura?

-No tiene por qué. Yo soy mercero, en primer lugar, y pago la hipoteca de mi casa y la universidad de mi hija vendiendo botones y calcetines. Por supuesto que me gustaría dedicarle más tiempo a la literatura porque, aunque ha sido una afición tardía (tengo 48 años y quizá por la crisis de los 40 me puse a escribir), para mí sería un sueño poder dedicarme a esto. No obstante, soy consciente de que es muy difícil. Para mí la literatura es más que una meta económica. Es una afición que me está dando muchas satisfacciones. Por ejemplo, la alegría de regresar como autor, más de treinta años después, a las aulas del instituto donde hice el Bachillerato y verme reflejado en el rostro de los chavales... eso para mí ha sido muy importante. También ha sido un orgullo que mi segundo libro «Mapa de un crimen» haya sido traducido al portugués.


-De sus tres novelas, ¿en cuál le hubiera gustado vivir?

-En «La novela del barro» porque abarca un período histórico más dilatado. Empieza en el siglo XVIII y termina casi en el XXI. A mí me gusta vivir en la actualidad aunque, literariamente, para escribir necesito pasar las historias por el filtro del tiempo.