Nueva York

Varela o cómo pasar de ser «protegido» a «linchado»

Varela o cómo pasar de ser «protegido» a «linchado»
Varela o cómo pasar de ser «protegido» a «linchado»larazon

MADRID- Corrían los primeros meses del año 2007. En el Consejo General del Poder Judicial existía entonces una mayoría «conservadora» y la nueva ley que regía los nombramientos de altos cargos judiciales, entre otros los magistrados del Tribunal Supremo, aprobada por el Gobierno socialista para «evitar rodillos», exigía el ineludible pacto entre los dos sectores.Desde el primer momento, los vocales «progresistas», elegidos a propuesta del PSOE, pusieron encima de la mesa el nombre de Luciano Varela como su candidato y condición para llegar al acuerdo en la designación de otros nombramientos. En concreto, con otra vacante que existía en la Sala Penal del Tribunal Supremo.El sector «conservador» no estaba por la labor de promocionarle hasta el más alto tribunal. De hecho, con anterioridad, compitió con Manuel Almenar –hoy vocal del Consejo– para la presidencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra, cargo para el que bastaba mayoría simple, once votos. Y esa mayoría dejó fuera a Varela.Pero volvió a tener su oportunidad. Y en esta ocasión, esa misma mayoría no sería suficiente para frenarle en sus pretensiones de ascenso profesional. Por ello, si los consejeros «conservadores» querían que su candidato a una de las dos vacantes del Supremo, el entonces fiscal Manuel Marchena –y hoy instructor de la querella contra Garzón por sus cobros en Nueva York– , lograse los votos necesarios, la contrapartida no era otra que el nombramiento de Varela. Y así fue. Ambos lograron los votos mínimos, 13 y 14 apoyos, respectivamente, para acceder al Alto Tribunal. Luciano Varela, fundador de Jueces para la Democracia y uno de los redactores de la Ley del Jurado, contaba entonces con el reconocimiento del sector progresista.Año 2010. Sigue perteneciendo a esa misma asociación judicial y mantiene el mismo talante progresista. Sin embargo, ¿qué ha cambiado? Nada más que entender que Garzón ha podido prevaricar en la instrucción de una causa. Actuar desde su libertad y conciencia de Justicia. Pero a muchos parece que eso no les gusta.