Candidatos y conejos

Es archisabido que a Zapatero le encanta sacarse conejos de la chistera: el cheque bebé, el Plan E, el regalo de los cuatrocientos euros… Lo malo es que también le gusta sacarse candidatos de la chistera, como si fueran conejos, y ha habido uno que le ha dicho que no es un conejo sino una persona. Se llama Tomás Gómez y no me inspira una gran simpatía porque ha hecho un tipo de oposición bastante fea y carroñera en el Parlamento madrileño, razón por la cual no ha respondido a las expectativas que despertó en quien le eligió a dedo, o sea en el mago de la chistera, que ahora se saca de ésta a Trinidad Jiménez como antes se la sacó para candidata a la alcaldía de Madrid y luego para ministra; como se sacó también en mala hora a Miguel Sebastián; como se saca, en fin, los conejos y los conejillos de Indias.
No soy un fan de Tomás Gómez, como digo, pero alguien que le planta cara al prestidigitador y le dice "no soy un conejo"me merece un respetillo simplemente por ese detalle. En la vida, para que no te tomen por un conejo los prestidigitadores del tres al cuarto, hay que decirlo en voz alta. Es el primero que se enfrenta a Zapatero en un partido que hace tiempo que cambió la rosa por la zanahoria.