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Maalouf: «El mundo árabe no confía en sus dirigentes autócratas impopulares»

Amin Maalouf nació en Beirut y vive en París. Representa al escritor unido a dos mundos distintos y dividido por dos culturas diferentes: Oriente y Occidente.

Amin Maalouf
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El autor, que el próximo viernes recibirá el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, es un defensor de los valores democráticos europeos y aboga por el entendimiento entre culturas, algo que ciertas políticas y tendencias están poniendo en cuestión.

-En Europa están creciendo los partidos extremistas y xenófobos.
-Es inquietante y se da en todas partes. La inmigración es compleja y delicada, y necesita que se trate con habilidad y sutileza. Si no se encuentra imaginación y eficacia, las tensiones se agravarán en los próximos años con reafirmaciones identitarias cada vez más extremistas por parte de los inmigrantes y de la población local.

-¿Cómo repercute la falta de liderazgo de la izquierda en Europa ?
-Uno de los problemas del mundo actual es que la izquierda contemporánea no ha definido una identidad política creíble. Navega entre la tentación de imitar a la derecha y retomar los dogmas del pasado. Yo, lo siento. Creo que los demócratas necesitamos ahora más que nunca una socialdemocracia europea con la visión clara para movilizar a los ciudadanos sobre un proyecto social común nuevo capaz de hacer frente a los desafíos.

-Uno de los problemas que mencionaba en «El desajuste del mundo» es el sistema financiero.
-Critico la deriva hacia una economía virtual, donde las transacciones financieras no tienen nada que ver con la economía real, donde reina la especulación y las bolsas se convierten en casinos, donde críos arruinados manipulan sumas de dinero equivalentes a los ingresos de un millón de trabajadores honestos. Esta situación es peligrosa para la economía y pone en peligro el tejido social y los valores de la democracia.

-En tiempos de capitalismo extremo como éste, ¿dónde queda el humanismo?
-No hay que cambiar el sistema capitalista, lo que es necesario es humanizarlo. Hacerlo más racional y decente, más respetuoso con los valores esenciales. No se deben idolatrar las leyes de mercado ni considerar normal que el mundo se transforme en una jungla donde los más fuertes aplasten a los más débiles. La economía está al servicio del hombre, no la inversa.

-¿Están agotadas nuestras civilizaciones?
-Gracias a los progresos científicos y tecnológicos, y al desarollo económicos sobre todo en los países emergentes, la humanidad ha alcanzado un estado de evolución que requiere otra organización mundial, otra concepción de la información, otra visión de cada individuo y de los otros. No podemos dirigir el mundo actual con la mentalidad estricta de ayer. Pero es lo que pasa.

-¿Por qué el mundo árabe-musulmán ha evolucionado hacia el fundamentalismo?
-Es un fenómeno complejo. Existen numerosas explicaciones. Una es que los movimientos nacionalistas del mundo árabe han fracasado. Los movimientos de inspiración marxista también lo han hecho y los de carácter religioso han asumido las reivindicaciones nacionales y sociales. Y, por tanto, les han imprimido su propia marca dentro de un sentido militante a nivel político, pero conservador en el sociológico.

-¿Qué reprocha al mundo árabe? ¿Y a Occidente?
-Los árabes está atravesando una crisis histórica profunda. No confía en sus dirigentes, que se han convertido en unos autócratas impopulares. No encuentran su lugar en el mundo y se reafirman en su identidad por medio de manifestaciones retrógradas. Occidente es portador de valores universales, pero tiene tendencia a usarlos como políticamente. Constantemente traiciona sus principios en sus relaciones con los demás.

-¿Cómo ve el diálogo entre Israel y Palestina?
-Las negociaciones no mejoran y los participantes lo saben. Obama quiere dar la impresión de que está abierta a una solución para Próximo Oriente, aunque en realidad ha renunciado a resolverlo. Es decepcionante.

-¿Cuál puede ser la consecuencia de retroceder a identidades más locales en vez de caminar hacia la unión, como Europa?
-Será extremadamente grave si volvemos hacia atrás, si dejamos que las instituciones comunitarias se hagan más debiles, si los estados miembros regresan a la actitud de cada uno a lo suyo. Pero dentro de este capítulo, tengo confianza. En el fondo, todavía creo que los pueblos poseen medios suficientes para encontrar un último aliento con el objetivo de que el proyecto europeo progrese y se consolide.


Europa, líder moral
Para Maalouf está claro: «Europa tiene vocación de lider moral. Debe ser pionera en la gestión de su unidad dentro de su diversidad, sobre todo en el problema de la inmigración. Papel que no está jugando». Pero cuál es el de EE UU: «Es el país más importante del planeta, el más influyente y rico. Y tiene uno de los sistemas democráticos más sofisticados. El problema es que a veces considera que el mundo está bajo su influencia y que puede intervenir en todas partes. En Washington existe una tendencia hegemónica que podría convertirse en un grave problema para la humanidad en el siglo XXI».