Zarauz

ETA «resucita» a sus juventudes ante las trabas para atentar

ETA ha logrado reorganizar, tras el gran golpe policial sufrido el pasado mes de noviembre, con la detención de una treintena de dirigentes y miembros de Segi (sus juventudes), parte de la estructura del terrorismo callejero en las tres provincias vascas, según expertos consultados por LA RAZÓN.

Zarauz, 11 de agosto. 11 AGOSTO Nuevamente de madrugada los violentos queman 33 contenedores en esta localidad guipuzcoana también en fiestas.
Zarauz, 11 de agosto. 11 AGOSTO Nuevamente de madrugada los violentos queman 33 contenedores en esta localidad guipuzcoana también en fiestas.larazon

La banda, como ha hecho siempre a lo largo de su siniestra historia, utiliza este tipo de actividad delictiva como alternativa a los atentados, cuando, por razones tácticas o falta de operatividad, no puede cometerlos.

Sin embargo, esta reorganización va más allá y forma parte de un plan cuyo fin último es la articulación de una «nueva ETA», con este nombre o con otro (como ha pasado en Irlanda del Norte, con los «auténticos»), para que se ocupe de mantener la bandera del independentismo vasco de carácter violento.

El plan fue descubierto en unos documentos de la «dirección» de la banda que se incautaron en Francia. Su lectura no ofrece dudas: «Debemos pasar a planificar los recursos más importantes que tenemos: las propias personas. La maquinaria de la organización juvenil, el engranaje humano sobre el cual y con el cual desarrolla su dinámica, debe ser planificado y organizado».


Apuesta de futuro
«Por lo tanto –agrega–, para maximizar los objetivos juveniles, se debe desarrollar al máximo la posible estructura. Y, en consecuencia, la propia maquinaria organizativa se debe convertir en uno de los objetivos prioritarios en los próximos años. Un objetivo planificable, cuantificable, valorable y conseguible... Hay que hacer apuestas de futuro y no hay mejor escuela militante que la organización juvenil».

Además de demostrar, una vez más, que ETA está detrás del terrorismo callejero que protagoniza Segi, se pone de relieve la apuesta que la banda hace por sus juventudes, en un momento de carencias operativas y cuando le interesa enmascarar, por razones tácticas (para colar sus candidaturas en las próximas elecciones) su habitual estrategia de amenaza.

En el mismo documento, la «dirección» etarra explicaba sus planes para el futuro y el papel que debía jugar Segi: «el trabajo intenso y profundo generará las condiciones que hagan cada vez más insostenible social, política y culturalmente la no resolución del conflicto político y armado; se acelerarán las contradicciones para la resolución. Y si no es ahora, tendrá que ser en los próximos años. No hay otra solución. En esa lucha, la juventud tendrá que hacer grandes aportaciones».

El rebrote del terrorismo callejero, conocido como «kale borroka», que se ha producido en los últimos días (ayer mismo fueron quemados otros cuatro contenedores en Vitoria), responde a esta estrategia. En un clarísimo reparto de papeles, la «izquierda abertzale» se ha desmarcado, sin condenarla, de esta actividad delictiva y espera, a cambio, al menos eso es lo que preconizan Eusko Alkartasuna y, sorprendentemente, Aralar (el plan tiene, entre otros fines, acabar políticamente con esta formación), que se han «tirado en plancha» para aplaudir el comunicado de Batasuna.

La detención, el pasado mes de mayo en Francia, del jefe del «aparato militar», Mikel Carrera Sarobe, alias «Ata», impidió, al menos hasta el momento, la campaña de atentados contra intereses turísticos, que planeaba junto con sus «lugartenientes», también arrestados. Desde entonces, ETA está dedicada a una reorganización interna que incluye la formación de una «dirección» que esté a salvo de las investigaciones policiales. La presión antiterrorista de los últimos años ha impedido a la banda trabajar con el suficiente tiempo como para poder planificar sus actividades criminales.


Violencia permanente
La extorsión del llamado «impuesto revolucionario» contra los empresarios continúa, así como el robo de coches en Francia, pero el «aparato militar» no consigue poner en marcha sus «engranajes». Por ello, ha ordenado la reactivación del terrorismo callejero, para que la violencia esté siempre presente en la sociedad y para que nadie se olvide de la banda, si es que ello es posible.

El último capítulo, por ahora, de esta campaña ordenada por ETA ha sido la quema de cuatro contenedores de papel situados en diferentes calles de Vitoria. Según el Departamento vasco de Interior, los ataques se enmarcan «en el mismo contexto» que los incidentes de Zarauz, Azcoitia y Vitoria.

Los sabotajes, que tuvieron lugar en horas diferentes y en puntos distintos de la ciudad, aunque todos ellos en la zona de Zaramaga, dejaron como resultado dos contenedores totalmente quemados, otro con daños por el fuego, y un cuarto apenas afectado por las llamas.

En la última semana se han registrado otros episodios diferentes de «kale borroka», entre ellos el ataque contra una oficina de Correos en Zalla y la quema de dos camiones de una empresa que ha trabajado en las obras de para la construcción del Tren de Alta Velocidad en el País Vasco.

Los expertos creen que los terroristas proetarras podrían intentar en los próximos días un «salto cualitativo» e intentar cometer sabotajes de mayores proporciones y hacerlos coincidir con las fiestas que se celebran en esta época en distintas localidades vascas.



«Kale borroka»
- AZCOITIA, 17 DE AGOSTO
Varios desconocidos incendiaron de madrugada en el municipio guipuzcoano, en plenas fiestas locales, una docena de contenedores, obligando a intervenir a los Bomberos.
- VITORIA, 17 DE AGOSTO
Seis encapuchados queman por la noche dos contenedores en el barrio vitoriano de Zaramaga.
- ANDOÁIN, 16 DE AGOSTO
Dos camiones fueron incendiados de madrugada en un polígono industrial.
- ZARAUZ, 11 AGOSTO
Nuevamente de madrugada los violentos queman 33 contenedores en esta localidad guipuzcoana también en fiestas.