África

Ciudad Lineal

Sin licencia de armas

El presunto asesino de Ciudad Lineal no tenía permiso para la pistola que llevaba en la guantera. Ángel llevaba doce años sin hablar con su familia y ayer se negó a declarar ante la Policía

El marido y el hijo de María Luisa acudieron ayer, visiblemente afectados, al Anatómico Forense de Madrid, donde se le practicó la autopsia
El marido y el hijo de María Luisa acudieron ayer, visiblemente afectados, al Anatómico Forense de Madrid, donde se le practicó la autopsialarazon

MADRID- Ángel O. S., el presunto asesino de María Luisa Santana., es un tipo taciturno y solitario. Encerrado en sí mismo, lleva doce años sin hablar con su familia, según asegura su hermana Dolores y, en su línea, ayer se negó a declarar ante la policía por el tiroteo que protagonizó el pasado viernes que se produjo por una discusión de tráfico. El hombre, de 76 años, fue detenido el viernes en Ronda de Valencia tras huir de lugar del suceso, en Ciudad Lineal, gracias a la colaboración ciudadana. Sin embargo, tras pasar la noche en comisaría acusado de un delito de homicidio y otro de tenencia ilícita de armas, Ángel se negó a declarar y hoy pasará a disposición judicial. Los agentes de Grupo de Homicidios comprobaron que el agresor de María Luisa carecía de licencia de armas por lo que la que portaba era ilegal. Tampoco, según comentó la hermana del anciano, hay ningún cargo de seguridad en su pasado que justificase la propiedad de la pistola, que guardaba en la guantera de su coche. Dolores explicó a LA RAZÓN que su hermano prefería «ir por libre» y se marchó cuando era joven al sur de África, donde trabajó de mecánico. Cuando regresó, sus padres le pidieron que comprara un piso para vivir juntos en el mismo barrio que su hermana y allí vivió hasta hace doce años. «Cuando murió mi madre, vendió el piso, se fue del vecindario y no he vuelto a saber nada de él hasta el viernes que conocí la noticia», aseguró Dolores. Del mismo modo que se negó a hablar con la policía, Ángel tampoco se puso en contacto con su hermana, que sí comentó lo sucedido con otro de los hermanos, igual de sorprendido e impactado por la acción del anciano. «No creo que se atreva a llamarnos ahora por este asunto después de haber estado desaparecido durante más de una década», consideró Dolores, que en estos momentos se encuentra enferma y no puede moverse con facilidad para ir a ver a su hermano a la comisaría de Moratalaz. «Debería haberse quedado haciendo cosas de viejos, como jugar a las cartas», se lamentó.

Por otro lado, la familia de la mujer fallecida, su marido y su hijo, acudieron ayer por la mañana al Instituto Anatómico Forense para trasladar los restos de María Luisa a un tanatorio de la capital. Por la tarde acudieron a presentar sus respetos numerosos familiares y amigos de la familia que declinaron comentar el suceso.