Europa

Consejo de Ministros

Guardar y hacer guardar por Javier G FERRARI

La Razón
La RazónLa Razón

Mariano Rajoy, tras arrasar en las elecciones generales de noviembre, juró ante el Rey su cargo con el compromiso, ineludible, de guardar y hacer guardar la Constitución. Y eso es lo que ha hecho al negarse a caer genuflexo ante las pretensiones de Artur Mas. Sobre todo, cuando han sido planteadas desde una posición de chantaje que cualquier Estado de Derecho que se precie no puede tolerar. La escalada soberanista en la que se han metido los hasta ahora nacionalistas moderados catalanes no puede tener otra respuesta por parte de los partidos de ámbito estatal que la que le ha dado el presidente del Gobierno de España, el líder de la oposición, Pérez Rubalcaba, e incluso Cayo Lara, que está demostrando una insensatez más que notable amparando a los salteadores de caminos liderados por Sánchez Gordillo, y animando a incendiar las calles con algaradas en lugar de aportar ideas, y posibles soluciones, a los gravísimos asuntos que los españoles nos traemos entre manos. Otra cosa es la postura que han adoptado los líderes del PSC, los socialistas catalanes, que cargan todas las culpas de los males de aquella comunidad sobre los hombros de un Rajoy que bastante hace manteniendo el país en un equilibrio inestable, pero equilibrio al fin y al cabo, después de haber recogido una herencia con más agujeros negros que los que dicen los científicos que se encuentran en el universo entero. A los señores del PSC ya se les han olvidado los ocho años nefastos del tripartito y que fue Zapatero el que abrió, con su propuesta de nuevo Estatut, la caja de los truenos que ahora amenazan con descargar como una tormenta tropical que lo anegue todo. Y en Europa mirándonos con el mayor de los recelos porque piensan, como piensan también no pocos ciudadanos españoles, que los esfuerzos y sacrificios que estamos haciendo pueden quedarse en agua de borrajas por el espantajo del separatismo catalán, la posibilidad de que se viva una situación similar en Euskadi tras las elecciones del 21 de octubre, y la insolidaridad de algunas autonomías.