ETA aún existe

Ojalá que tenga razón Pérez Rubalcaba cuando asegura que ETA no volverá a matar. Es lo que queremos y deseamos, aunque este tipo de predicciones pueden ser siempre arriesgadas. De momento, sólo vemos a una banda que, aunque estratégicamente mantiene el «alto el fuego», no ha entregado las armas ni ha expresado su voluntad de no volver al terror. Su apuesta es ahora la vía política, en la medida en que tal camino le renta más con este Gobierno. Jamás hubieran pensado en acumular un poder como el que les permite Bildu de no ser porque desde el Ejecutivo se les ha puesto al alcance de la mano. Pero ETA no está quieta, ni mucho menos. Se encuentra a la espera, aprovechando el tiempo para reorganizar su mermada infraestructura y «comandos», sus bases en España y el exterior. El aparato logístico, de hecho, ya lo han reconstruido, y se preparan para lo demás, particularmente si con un futuro gobierno del PP no encuentran las mismas facilidades cara a sus conquistas políticas. Ese es el peligro. ETA y su mundo son ahora mucho más fuertes que hace un año, pese a encontrarse diezmado el denominado «aparato militar». Si cada vez que la banda se ve acorralada se nos ocurre una estrategia para reanimarla, nunca acabaremos con una organización que, por justicia y salud democrática, debería ser claramente derrotada.