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Manzano regresa al Atlético ocho años después con ganas de revancha

Gregorio Manzano, nuevo entrenador del Atlético de Madrid para la próxima temporada, afrontará su segunda etapa en el club.

El técnico vuelve después de ocho temporadas con más experiencia y un objetivo más alto: las plazas de Liga de Campeones.

Ya ha pasado ese tiempo desde su anterior aventura en el banquillo de la ribera del Manzanares, en 2003-04, cuando el equipo finalizó en la séptima posición, fuera de la Copa de la UEFA por peor diferencia particular en sus enfrentamientos de aquella campaña con el Sevilla y, por lo tanto, sin el objetivo cumplido.
 
El Atlético no renovó en el verano de 2004 el contrato del entrenador, que ahora, a los 55 años, tendrá una nueva oportunidad en el club rojiblanco con una plantilla más competitiva que en aquella época, pero con muchas más obligaciones en un equipo que necesita éxitos inmediatos para recuperar crédito.

Ese será el desafío en el nuevo curso para Manzano, que sustituirá al frente del equipo a Quique Sánchez Flores y que llega al estadio Vicente Calderón en un momento convulso, con cambios en la dirección deportiva y en el fútbol base y con las probables marchas del argentino Sergio Kun Agüero y David de Gea este verano.

Un exigente reto para la amplia trayectoria del técnico en Primera División, donde suma 389 encuentros, resumidos en 146 triunfos, 93 empates y 150 derrotas desde su debut en la máxima categoría en 1999-2000, cuando dirigió al Valladolid, al que dio el salto tras entrenar varios años a equipos de Tercera y Segunda B.

El Racing de Santander, en 2000-01 y del que fue destituido en la vigésimo séptima jornada; el Rayo Vallecano, al que guió a la permanencia en Primera y a una meritoria undécima posición en 2001-02; y el Mallorca, en 2002-03, con el que fue noveno y con el que inauguró su palmarés al conquistar el título de Copa del Rey, fueron sus siguientes destinos en la máxima categoría española.

Posteriormente, tras su paso por el Atlético, tomó las riendas, en 2004-05, del Málaga, al que entrenó las dieciocho primeras jornadas, hasta que fue destituido con su equipo en la decimoctava posición, y regresó a Mallorca el siguiente curso, a falta de catorce partidos, para guiar al conjunto balear a la permanencia.

En ese equipo desarrolló su carrera durante los siguientes cuatro años, algunos de ellos brillantes, sobre todo en la temporada 2009-10. Esa campaña acarició la Liga de Campeones, de la que se quedó fuera en el último segundo, con su partido ya terminado frente al Espanyol (2-0), por un gol del Sevilla en Almería (2-3).

Precisamente el conjunto andaluz fue su siguiente destino. Desvinculado en el verano del conjunto balear, José María del Nido, presidente sevillista, apostó por el técnico jienense para reflotar un proyecto que comenzó con la eliminación en la previa de la Liga de Campeones y con un inicio de campeonato nada convincente.

En ese panorama llegó Manzano al Sevilla, con cinco jornadas disputadas del curso. Quince triunfos, cinco empates y trece derrotas en el resto de la Liga impulsaron a su equipo a la clasificación para la Liga Europa, como quinto en la tabla, una meta insuficiente para su renovación como técnico sevillista.