Castilla y León

Un encapuchado mata a un vecino de Valladolid a las puertas de su casa

Un hombre pasa por delante de la acera donde se produjo el suceso, donde algunos vecinos depositaron claveles en memoria del fallecido
Un hombre pasa por delante de la acera donde se produjo el suceso, donde algunos vecinos depositaron claveles en memoria del fallecidolarazon

VALLADOLID- Los vecinos del popular y tranquilo barrio vallisoletano de San Juan amanecieron ayer sobresaltados. No están acostumbrados a tanto ajetreo ni a ver a tantos policías y sanitarios juntos. Y es que uno de sus vecinos, Rufino Arnanz Sánchez, de 54 años, capataz agrícola de profesión, casado y con dos hijos, era apuñalado sobre las ocho y cuarto de la mañana en plena calle, en la confuencia de las calles Verbena y Nicasio Pérez de la capital vallisoletana, cuando se dirigía a trabajar como cada día.

La indignación y la tristeza comenzó a apoderarse de la gente del barrio mientras se iban conociendo algunos detalles sobre la identidad del fallecido y sobre el posible móvil del crimen. Una puñalada en el costado le costó la vida a Rufino Arnanz, mientras el agresor, que iba con el rostro tapado, huyó a pie, según han informado algunos vecinos. Al cierre de esta edición, la Policía investiga las causas de este trágico suceso y entre las hipótesis que baraja se encuentra el robo, dado que, al parecer, apareció una riñonera en el suelo junto al cadáver. Si bien, la Policía sigue trabajando en la identificación del agresor para poder localizarle y arrestarle cuanto antes. Fue el tema de conversación durante todo el día, especialmente en este barrio, pero también en el resto de la ciudad. En cada tienda, en cada bar o en la propia calle, los vallisoletanos comentaban, conmocionados, lo sucedido sin entender absolutamente nada y tratando de buscar y encontrar alguna respuesta. Un por qué, con el que poder tranquilizarse y pasar página. Una confusión que inquieta a los vecinos, impotentes también por no poder hacer nada y que se preguntan cómo es posible que ocurra algo así en plena calle. En el lugar del siniestro, en la acera donde yació muerto Rufino, se colocaron varios claveles rojos como muestra de cariño y en su memoria. Vecinos consultados por este periódico coinciden en señalar que la víctima era muy conocido en el barrio, y que era una muy buena persona que no se merecía este final tan trágico y miserable.

Numerosos familiares y amigos del fallecido se acercaron a mostrar sus condolencias a su mujer e hijos, rotos por lo sucedido.