Francia

Comemos fatal: sobra la grasa

Los españoles desterramos de la dieta las verduras y las frutas

Comemos fatal: sobra la grasa
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MADRID- Que los españoles nos alimentamos cada vez peor es un hecho. Las alarmas suenan cada vez con más fuerza y nuestros hábitos alimenticios distan mucho de los ideales y están cada día más alejados de la rica, variada y saludable dieta mediterránea. Los datos publicados ayer por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dependiente del Ministerio de Sanidad, así lo ponen de manifiesto, del mismo modo que los expertos llevan avisando desde hace tiempo. Los españoles dan la espalda a la dieta mediterránea y esto está afectando a nuestra salud. La alimentación desequilibrada unida a una vida sedentaria se han erigido como los principales causantes de los altos niveles de obesidad.


La OCDE da la voz de alarma
No en vano, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico alertó en su informe «Health at a glance. Europe 2010» –según informó LA RAZÓN– de las preocupantes tasas de obesidad infantil que nuestro país está incubando, y que desembocarán en una futura generación de obesos. Con un 16,7 por ciento de jóvenes entre once y quince años con síntomas evidentes de sobrepeso –algunos estudios elevan esta cifra hasta el 27 por ciento para el conjunto de los jóvenes–, los últimos datos presentados sobre hábitos alimenticios no conducen precisamente al optimismo.

El estudio llevado a cabo por la AESAN refleja que, a pesar de que en España no se come demasiado, hay un desequilibrio alimenticio claro. Que el sobrepeso afecte al 56 por ciento de los adultos –algo más de la mitad– no es casualidad. Los españoles abusamos del consumo de productos como las carnes grasas, embutidos, bollería o azúcares y eso es un elemento que pasa factura al cuerpo. Por el contrario, la población española debería tomar en muy seria consideración aumentar la ingesta de cereales –preferentemente integrales–, frutas, hortalizas, legumbres, frutos secos y aceite de oliva, en aras de una dieta más saludable y equilibrada.

La primera encuesta de este tipo realizada en nuestro país saca a la luz las cifras de una realidad que, aunque ya estaba ahí, tiene ahora números que la sustentan. La muestra ha sido realizada entre 3.000 personas con edades comprendidas entre los 18 y los 64 años.

El problema no radica en que comamos grandes cantidades –la ingesta energética media es de 2.482 kilocalorías por persona y día–, sino en la naturaleza de lo que comemos. Mientras que la contribución de proteínas y grasas es superior a lo deseable, la de los hidratos de carbono es inferior. El porcentaje de grasas alcanza el 40,2 por ciento, cifra que la especialista en endocrinología y nutrición, Pilar Riobó, califica de preocupante, especialmente cuando nos fijamos en las grasas saturadas –las grasas «malas»– pues, según la encuesta, ingerimos casi el doble de la cantidad recomendada. «Nos estamos pasando mucho con las grasas animales», afirma.

El hecho es que mientras la mayoría de expertos recomiendan un alto consumo de frutas y verduras, tan sólo el 43 por ciento de los encuestados consume hortalizas a diario –menos aún, el 37,8 por ciento, en el caso de las frutas–, mientras que el consumo medio de fruta en ningún caso llega a las tres piezas diarias recomendadas. «Estamos muy lejos de lo que es la dieta mediterránea y los últimos datos son bastante preocupantes», señala Riobó.

A pesar de que las frutas y verduras ocupan el segundo y tercer puesto de los alimentos más consumidos –la leche está en cabeza–, esto no significa que este dato sea positivo. Nada más lejos de la realidad. Llama la atención que el cuarto de la lista sean las bebidas alcohólicas. No obstante, para Roberto Sabrido, presidente de la AESAN, este hecho no es preocupante, pues equivale a «media caña por persona y día», si bien está por encima de países como EE UU o Francia.


El nivel económico, decisivo
Las estadísticas revelan que la formación influye en los hábitos nutricionales de los españoles. Así, los universitarios consumen menos huevos, carne o bollería, realizando una dieta menos rica en proteínas e hidratos. Para la doctora Riobó, la relación entre la economía, la cultura y la alimentación es evidente. «La población donde más está creciendo la obesidad es en las mujeres de nivel socioeconómico bajo», apunta. La mala nutrición afecta así a los más desfavorecidos.


Carnes
Los españoles abusamos de las carnes, en especial las grasas, cuyo consumo debe ser ocasional
Lácteos
La leche es el alimento más consumido, aumentando con la edad en las mujeres
Verduras
Tan sólo el 43% de la población toma hortalizas a diario, muy lejos de lo ideal
Cereales
El pan es el cereal más consumido. No obstante, el 28% consume bollería a diario, a pesar de que se recomienda sólo una vez por semana
Grasas
El 40% de lo que ingerimos son grasas. Lo más preocupante es que el consumo de las «grasas malas» dobla lo recomendable