
Extrema derecha
OPINIÓN: Incoherencia por Jesús TRILLO-FIGUEROA

Si hay algo que no se perdona en política es la incoherencia. Ejemplo de ello ha sido la derrota de la CDU en las elecciones regionales alemanas. No se puede cambiar de convicciones de la noche a la mañana por razones de oportunismo electoral.
La compulsiva decisión de Angela Merkel, tras el desastre de Fukushima, de cerrar cuatro de los diecisiete reactores nucleares de su país, e imponer una nueva moratoria nuclear, sorprendió a propios y extraños. Ciertamente, la medida iba a favor del viento, pero los votos ecologistas de «nuclear de entrada no» fueron a quien tenían que ir por coherencia: a Los Verdes. Pensar que un cambio de política, tomado a última hora a favor de las encuestas, podía cambiar la tendencia del voto, es sencillamente una ingenuidad.
La política energética de la canciller alemana, revisando los anteriores errores cometidos en torno a la energía nuclear por la socialdemocracia, era creíble, más en la medida en que ella es doctora en física. Su prestigio por estas razones y por sus posiciones de revisión de las políticas de ajuste en la Unión Europea se ha visto desmoronado de la noche a la mañana. Es una pena, porque Europa está necesitada de un liderazgo honesto como el que ella representaba.
Una vez más se ha puesto de manifiesto que no se pueden ganar elecciones a base de encuestas. El electorado valora más las convicciones que las opiniones cambiantes, y sobre todo castiga la incoherencia.
Jesús TRILLO-FIGUEROA
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