Bilbao

Rafaelillo se salva y nos salva

El murciano estuvo importante y se la jugó y Morenito anduvo muy digno este domingo en la última de Bilbao

Rafaelillo brinda el toro a Llorente
Rafaelillo brinda el toro a Llorentelarazon

Al jugador de fútbol Fernando Llorente le tocó también una ovación. Suyo fue el primer gol de la Liga. Y el corazón de todos los españoles por habernos dado el primer Mundial de nuestra historia. 11 de julio de 2010.

 

Ahí queda, fecha histórica clavada en el alma. En el quinto se fue Rafaelillo directo a él para brindarle el toro. Riojano, jugador del Athletic de Bilbao, de la Selección y aficionado, ¿se puede pedir algo más? Cayó en gracia el brindis.

 

Mucho más la meritoria faena que se tenía guardada el torero. Se había llevado Rafael un susto grande en su toro anterior. Si se salvó fue porque estaba el Señor en Vista Alegre a jornada completa: espectacular la cogida que sufrió con su peligroso segundo y con el que estuvo hecho un "tío", pero a eso iremos después. Al quinto lo recibió con dos largas cambiadas de rodillas en el tercio. Subía el toro de presentación lo que hasta entonces había estado vareado. (Cuarto, quinto y sexto elevaron la media). No sabía el de Escolar lo que era humillar en el embroque ni aunque le pusiera el engaño a rastras del suelo, en cambio, tampoco echaba cuentas a la maldad.

 

Así poco a poco, navegando entre esas dos vertientes, fue Rafaelillo metiendo al toro en la muleta, pulseando la embestida, cada vez más lenta y que trasmitía por esa parsimonia. Lo puso todo él y sobre todo en los naturales encontró sentido a una faena de altura.


La corrida de José Escolar estuvo escasa de brío, con su punto de nobleza, poco fondo y desigual presentación. Si hubo uno malo, ése fue el segundo. Era una locomotora que reponía a velocidad de vértigo y a Rafael no le dio tiempo a quitárselo del medio cuando lo lanzó por los aires. Espantoso momento. De milagro sólo le había dejado medio desnudo. Tragó el torero todo y más en una faena de diestro cuajado. El toro se puso imposible. Peor cuando llegó el momento de la suerte suprema y se las sabía todas por arriba.


No cuadraba la inclusión de Morenito de Aranda en un cartel de este corte. Pero el de Burgos cumplió con nota su paso por Bilbao. Estuvo muy digno con el tercero, al que le costaba un mundo arrancar el viaje pero lo hacía por abajo. Morenito tragaba hasta que eso pasaba y llevó la embestida sin renunciar a su estilo con profundidad y belleza. Pero la faena no moría en la estética, latía una parte técnica fundamental, para dejarle la muleta muerta, en la cara, tirar de ella con leves toques y no perder la compostura.

 

El toro respondió, mucho antes lo había hecho el torero. En sexto lugar saltó el número 66, de despampanantes pitones. Días antes, en los corrales de la plaza, destacaba el toro por encima de los demás. Inmenso toro. Sólo estampa. A Morenito nada le importó, se sobrepuso, pero enfrente no tuvo antagonista, la levedad del ser le dejó solo. Solo ante la nada.
El Fundi anduvo fácil con el manejable primero y menos claro con el cuarto.


De la de Escolar no saldría el toro de la Feria, pero hubo toreros. Toreros cuajados. Y aquel brindis a Llorente...