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Francia y la ONU bombardean la residencia de Gbagbo

El Palacio Presidencial de Abiyán ha quedado parcialmente destruido este domingo por un ataque de helicópteros de la Misión de Naciones Unidas en Costa de Marfil (UNOCI), según ha informado un portavoz del presidente saliente marfileño, Laurent Gbagbo, que sin embargo no ha querido confirmar que Gbagbo se encontrara en el complejo en el momento del bombardeo.

"Helicópteros de la ONU y franceses siguen disparando contra la residencia del presidente Gbagbo, que ha quedado parcialmente destruida", ha declarado el portavoz del Gobierno de Gbagbo, Ahoua Don Mello, en declaraciones telefónicas. "Hay una columna de humo denso, pero no sabemos más sobre los daños", dijo.

Un portavoz de la UNOCI ha reconocido que hay una operación en marcha que incluye helicópteros para "neutralizar"las armas pesadas empleadas por las fuerzas leales a Gbagbo.

"Estamos realizando una operación para neutralizar las armas pesadas de Gbagbo. Hemos tenido que interrumpir durante varios días la operación para realizar una evaluación, pero hemos descubierto que aún quedan armas pesadas que se han empleado contra los civiles y contra la ONU", ha señalado el portavoz, Hamadoun Toure, en declaraciones a Reuters.

Un corresponsal de Reuters ha informado desde la base militar francesa que hay cerca del aeropuerto de Abiyán que ha podido escuchar fuertes explosiones procedentes de la zona donde se encuentra el palacio presidencial, situado a unos 15 kilómetros del cuartel francés. Además, ha podido confirmar que al menos cuatro helicópteros --dos de la UNOCI y dos franceses-- han realizado vuelos.

Un vecino del barrio de Cocody, en Abiyán, donde se encuentra el Palacio Presidencial, ha relatado que ha podido ver una columna de humo procedente de la residencia oficial de Gbagbo.
Este sábado las fuerzas leales a Gbagbo habrían atacado el Hotel Golf, donde se aloja el presidente electo, Alassane Ouattara, bajo la protección de la UNOCI.

Ban confirma ordenó la operación militar
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, confirmó posteriormente que ordenó la última operación militar de la misión del organismo en Costa de Marfil (ONUCI) para parar el continuo uso de armamento pesado contra los civiles por las tropas leales al presidente saliente, Laurent Gbagbo.

Ban subrayó que el uso de armamento pesado contra los civiles y las fuerzas internacionales de paz "es inaceptable y no puede continuar", indicó el portavoz de la ONU, Martin Nesirky.

Esos ataques, al igual que los lanzados contra la sede del "Gobierno legítimo, me han obligado, una vez más, a dar instrucciones a ONUCI para que use todos los medios necesarios para prevenir el uso de ese armamento, en cumplimiento de las resoluciones 1.975 y 1.962", adoptadas por el Consejo de Seguridad en 2011 y 2010, respectivamente, dijo Nesirsky.

Ban explicó que "hacia las 17.00, hora local de hoy en Abiyán, la ONUCI realizó una operación militar para prevenir el uso de ese armamento que amenaza a la población civil y a nuestros cascos azules". "A mi petición, las fuerzas francesas Licorne apoyaron a ONUCI", afirmó Ban en su comunicado, en el que también señala que de ello ha informado ya al Consejo de Seguridad de la ONU.

El máximo responsable de Naciones Unidas reiteró su preocupación por la situación marfileña, al tiempo que recordó que Gbagbo se sirvió el pasado día 5 de la situación y dijo que había iniciado negociaciones para acabar con la crisis de forma pacífica, y "utilizó ese tiempo para reagrupar sus fuerzas y desplegar más armamento pesado".

Es la segunda vez en una semana que helicópteros franceses y de la ONU atacan las dependencias presidenciales marfileñas, tras la intervención del lunes pasado, que perseguía el mismo objetivo que esta última. Horas antes, Gbagbo había denunciado una "ocupación ilegal del puerto y del aeropuerto"de Abiyán, la capital financiera del país, por parte de Licorne.

Costa de Marfil vive una profunda crisis política desde las elecciones presidenciales del pasado 28 de noviembre, cuando Gbagbo, que preside el país desde 2000, no admitió su derrota frente a su rival, Alassane Ouattara, reconocido internacionalmente como el vencedor de los comicios y el presidente electo.