Esclavos del sexo: anunciados en la Prensa drogados y prostituidos

La red, de la cual se ha arrestado a 14 personas –ocho en Palma de Mallorca, tres en León y otras tres en Barcelona, Alicante y Madrid–, estaba liderada por un ciudadano brasileño y contaba con cinco pisos distribuidos entre estas ciudades. Se calcula que los proxenetas han podido traer a nuestro país a cerca de 80 personas procedentes del estado brasileño de Maranhao. De éstas, 64 eran hombres y el resto mujeres y travestis.

La organización captaba a las víctimas en Brasil y les facilitaba la «bolsa de viaje» y el billete de avión, que era comprado con tarjetas «clonadas». Algunos, que cuentan con entre 22 y 29 años, eran conscientes de que iban a ejercer la prostitución, si bien es cierto que en otras condiciones; muchos otros lo desconocían totalmente y pensaban que trabajarían de gogós, modelos o bailarines. Estos jóvenes accedían al espacio Schengen por aeropuertos de terceros países y, desde allí, se desplazaban hasta España. También se les mintió sobre el concepto de gastos de viaje que tenían que abonar a la red: aunque en principio les decían que sólo debían pagar el billete, finalmente se les exigían cantidades que superaban los 4.000 euros. Y si osaban plantarles cara o causar algún problema, la respuesta venía en forma de amenaza de muerte.

El líder, que vivía entre Palma y Barcelona, era el que distribuía a estos jóvenes por diferentes casas de citas. La red publicaba los anuncios en las secciones de contactos de varios periódicos y en diferentes páginas web, que mostraban también las fotos de los chicos. Una vez más, queda constatado que los diarios pueden ser un poderoso aliado de las bandas para publicitar la prostitución ilegal.

A estos hombres se les facilitaba un teléfono de contacto del cabecilla, que, según las necesidades de hombres que hubiera en las diferentes casas de citas, los mandaba a una provincia u otra. Vivían hacinados en los pisos –en una pequeña habitación con dos o tres literas podían llegar a dormir seis jóvenes– y recibían a los clientes, de entre 20 y 65 años, en un pequeño salón. Las víctimas podían cobrar por cada servicio 60 euros, pero debían entregar la mitad a los jefes de la red. Del mismo modo, debían pagarles 200 euros por el alojamiento y la manutención. La denuncia, el pasado febrero en Granada, de uno de estos chicos, detenido por estancia irregular, permitió a las autoridades comenzar la investigación.

A las duras condiciones de vida hay que sumar el hecho de que el líder distribuía a los explotados drogas como cocaína, «popper» y viagra, con propiedades de estimulación sexual.
Así, podía asegurarse de que las víctimas podían trabajar continuamente durante las 24 horas del día. Es más: las drogas eran proporcionadas también a los clientes.

Los responsables han sido acusados de delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, relativos a la prostitución, contra los derechos de los trabajadores y asociación ilícita, además de otros relacionados con el tráfico de drogas.

El mundo de la prostitución masculina es una realidad en nuestro país: la cantidad de españoles que la ejercen se ha triplicado en los dos últimos años, explicó a Efe Iván Zaro, de la Fundación Triángulo. Con todo, el 75 por ciento son de nacionalidad extranjera.


El informe del Consejo de Estado, en breve
El Ministerio de Igualdad espera que el Consejo de Estado emita su informe sobre las posibilidades de regular los anuncios de contactos sexuales en prensa «en las próximas semanas», según declaró ayer a la secretaria general de políticas de Igualdad, Isabel Martínez. En julio, el dictamen ya estaba «bastante avanzado», por lo que espera que el Consejo se pronuncie en septiembre. «Una vez remitido el informe, el Gobierno sabrá en qué marco jurídico nos movemos y qué alternativas legales existen». Martínez declaró que la desarticulación de la red de explotación sexual de hombres «evidencia» que los anuncios de prostitución esconden posibles delitos e insistió en la necesidad de que los medios de comunicación supriman esta publicidad.