Dos años de la victoria del PP

Propuestas para el diálogo

Intelectuales, escritores, religiosos y políticos aportan su punto de vista sobre el encuentro entre Zapatero y Cañizares del próximo 28 de junio en la Universidad Católica de Ávila

Propuestas para el diálogo
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Necesidad de humanismo
Necesitamos de un mayor humanismo en nuestra sociedad. Creo que pocos lo pondrán en duda. No es esta la única época de la Historia dónde ha existido un cierto desenfoque en la escala de nuestros valores, pero en estos momentos de crisis social y económica, esa necesidad es a todas luces imperiosa. Como decía Konsalik, un ser humano sólo puede ser salvado por otro ser humano, y esta máxima debería presidir siempre nuestras actuaciones. Las dificultades que estamos atravesando pueden distraernos de lo verdaderamente esencial, ya que, por buenas políticas que se puedan diseñar, si no tienen como finalidad última a la persona en su integridad, estarán llamadas a la superficialidad o temporalidad. Necesitamos creer en algo que perdure, y ese futuro, más allá de la escasez de estos momentos, solamente tendrá éxito si está construido sobre una base sólida centrada en la persona. Ojalá que el debate tan interesante que se va a celebrar próximamente en la Universidad Católica de Ávila sirva para extraer estas conclusiones, aunque sea con posiciones presumiblemente tan distintas».
Íñigo Sagardoy de SimónPresidente de Sagardoy Abogados

 

Irresponsable apología del relativismo
Hemos asistido los españoles en los últimos años a una irresponsable apología del relativismo de la que desgraciadamente tardaremos un tiempo en recuperarnos. La ausencia de principios y la mutabilidad de éstas eran validas públicamente si ayudaban a conseguir el fin perseguido. El derecho a la vida, el final del terrorismo, el concepto de Nación o la evolución de la economía, por citar algunos ejemplos, se convirtieron en conceptos polisémicos en función del interés coyuntural. Es muy probable que parte del descrédito que arrastramos quienes nos dedicamos a la política sea consecuencia de este modo de hacer política. Una manera de representar a los ciudadanos alejada del verdadero servicio público. Un servicio que debe prestarse con arreglo a principios que no sólo no pasan de moda, sino que son los que permiten mantener incólume a la democracia. Me atreveré a citar solo unos cuantos que creo que todos, pero especialmente los que estamos en la vida pública, debemos aplicar cada mañana al comenzar nuestro trabajo. Allá voy: esfuerzo, verdad, mérito, responsabilidad, compañerismo. Podríamos citar muchos más, todos inherentes también a nuestras raíces cristianas. Su aplicación no garantiza el éxito, pero estoy convencido que trabajando con ellos el esfuerzo habrá merecido la pena y, cuando toque, podremos abandonar los despachos con la cabeza alta».

Carlos Mª de Urquijo
Delegado del Gobierno en el País Vasco

 

LA GENERACIÓN DEL CAMBIO
Estamos viviendo una etapa de crisis en muchos aspectos de la sociedad. Nuestra generación está llamada a protagonizar los grandes cambios sociales que se producirán en España en los próximos treinta años. Esos cambios requerirán lo mejor de cada uno de nosotros. El esfuerzo, el trabajo, la perseverancia, todo ello hará de España un país más sólido y estable. Esto será posible si cada uno aporta su granito de arena y contribuye a una responsabilidad colectiva para salir adelante».

Javier Dorado
Secretario General de Nuevas Generaciones del PP

 

El debate necesario
La sociedad global en la que nos encontramos todos inmersos ha generado muy rápidamente una serie de cambios de tanta trascendencia que seguramente todavía no somos capaces de contemplarlos en toda su amplitud y consecuencias. Es muy probable, por tanto, que se haya ido generando progresivamente una sensación de zozobra, de desorientación social propia de coyunturas como la que vivimos en la actualidad. Se trata de un estado general de crisis que va más allá de las tremendas dificultades económicas y que alcanza a los valores que configuran secularmente la sociedad en la que vivimos. Así pues, pocos momentos más oportunos para debatir y reflexionar en torno al Humanismo y hacerlo en profundidad, con rigor, claridad y espíritu constructivo. Necesitamos una profunda renovación de comportamientos sociales y éticos que encuentran en esos principios su mejor lugar de acogida».

Arturo Fernández
Presidente de los Empresarios de Madrid