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Cádiz

Éxodo por el trabajo que no hay en España

«Es lógico que los ciudadanos emigren. No se les ofrece confianza ni un proyecto global», denuncian desde el PP.

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La huida prosigue y va a más. A los españoles se les acaban las ideas y no saben dónde buscar trabajo. Ni las redes profesionales como Linkedin o Xing, tampoco las webs de búsqueda de empleo les ofrecen un puesto de trabajo. Sólo les queda irse fuera. «Aquí, por lo menos, aprendo un idioma», comenta Miriam Gimeno, una valenciana de 23 años que trabaja de «au pair» (www.aupairpluschildren.com) en Suiza. Es una más de los 37.000 españoles que abandonaron nuestro país en 2010. Y en 2011 la cifra no mejora.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) demostró ayer que los españoles optan por comprar un billete al extranjero antes que seguir haciendo la cola del INEM: en el primer trimestre de este año más de 14.000 personas han abandonado España. «Es lógico que los ciudadanos emigren. No se les ofrece confianza, ni un proyecto global que les devuelva la ilusión y, como es lógico, la gente va allí donde hay trabajo. Por eso, no creo que la tendencia cambie», afirma Gonzalo Robles, portavoz del PP en Políticas de Inmigración. Como explica el responsable popular, los españoles no son los únicos que abandonan España, que de ser un país de acogida de inmigrantes se ha convertido en centro de emigrantes: «Numerosos extranjeros que llegaron hace un par de años ahora regresan a sus países sin cumplir sus expectativas», afirma.


La única salida
La precariedad laboral ha podido con los ideales de muchos trabajadores que, muy a su pesar, han tenido que dejar sus casas para labrarse un futuro fuera. Es la historia de muchos de los 110.000 españoles a los que la recesión ha obligado a exiliarse, según los últimos datos que aporta Adecco. Desde abril de 2008 hasta abril de 2010 se ha incrementado en un 9,2 por ciento el número de emigrantes. Hoy alcanzan casi el millón y medio, según apunta la empresa de trabajo temporal.

Salir al extranjero siempre ha sido una opción para los españoles que buscaban experiencias nuevas, sin embargo, ahora es su única salida profesional. El resto de países de la Unión Europea les ofrecen mejores condiciones laborales y trabajos más jugosos: «Después de diplomarme en Turismo, trabajé de recepcionista en un hotel de Cádiz, pero era un contrato temporal y en cuanto desaparecieron los turistas mi trabajo se esfumó. Por eso decidí venir a París, a Disneyland Resort París. Llevo aquí seis meses y pretendo quedarme como mínimo un año más. Después me gustaría irme cuatro o cinco años a Gran Bretaña. Volver a España ni me lo planteo. Sé que no hay trabajo», explica Beatriz. Su estancia en la ciudad de la luz no sólo le ha ayudado a perfeccionar su francés, sino que allí ahorra. Algo impensable para un joven veinteañero en España. «Con los contratos que tenemos aquí, podemos guardar parte del dinero. Hasta el sueldo de camarero es mejor que el que te ofrecen en un restaurante selecto de España», asegura Miguel López, otro de los jóvenes que trabaja en el parque más visitado de Europa . Tan sólo lleva tres semanas en las instalaciones galas y, aunque su trabajo no tiene relación directa con sus estudios, está «encantado. La media de edad no supera los 25 años y la residencia donde vivimos tiene de todo», añade. A sus 25 recién cumplidos, Miguel tiene la diplomatura de Turismo y un máster en Dirección Hotelera pero lo tiene claro: «En España no hay curro». Trabaja diez horas al día, cuatro días por semana como operador de una de las atracciones: «Creía que iría a alguno de los hoteles, pero las buenas condiciones laborales que nos ofrecen y la posibilidad de mejorar mi puesto dentro de seis meses, me convencieron», afirma. En el último mes se han sumado más de 400 trabajadores de toda Europa a Disneyland Resort París. No son todos españoles, pero sí que suman un alto porcentaje.

Si los trabajadores diplomados en Turismo, uno de los pilares de nuestra economía, no encuentran trabajo, más difícil lo tienen administrativos como Miriam que ha preferido rodar por el mundo para perfeccionar sus idiomas que volver «a la precariedad española»; comenta, además, que en junio debería regresar de Suiza pero que ya está gestionando su visado estadounidense: «No me importa qué ciudad de Norteamérica, pero mi futuro está allí, no en España». Miguel tampoco se ve trabajando en la Península y el proyecto de José Antonio le mantendrá en Grecia, «por lo menos dos años más», dice.


Miriam-Suiza
(24 años)
Licenciada en Administración. Trabaja en Suiza como niñera.Su contrato finaliza en junio, pero, lejos de volver a España, «prefiero irme a Estados Unidos, donde seguro que encuentro un empleo y puedo seguir mejorando mi inglés».
Miguel-Francia
(25 años)
Diplomado en Turismo. Aterrizó en la capital francesa hace tres semanas, en concreto en Disneyland Resort París, y como mínimo se quedará allí seis meses: «Es inútil buscar trabajo en España. No hay ofertas», explica el joven madrileño.