Literatura

Barcelona

Planeta un premio imperial

Ocurre con un premio tan deseado como el Planeta que la sonrisa de satisfacción puede llegar a confundir al finalista con el ganador.

los triunfadores El vicepresidente del Grupo Planeta José Creuheras, Nativel Preciado, Marta Robles, Javier Moro, Inma Chacón, Ignacio González y Félix Monteira, ayer en Madrid
los triunfadores El vicepresidente del Grupo Planeta José Creuheras, Nativel Preciado, Marta Robles, Javier Moro, Inma Chacón, Ignacio González y Félix Monteira, ayer en Madridlarazon

Llegar hasta esa dupla final ya es importante: lo sabe Inma Chacón, pletórica en su presentación, ayer en Madrid, de «Tiempo de arena». Imaginen, pues, cómo debe sentirse Javier Moro, cuya novela, «El imperio eres tú», fue la que le arrebató el galardón. Ambos se prestaron a la tradición que cada año, semanas después del fallo del jurado en Barcelona, convoca en Madrid a ganador y finalista en una presentación que tiene algo de charla y algo de entrevista.

Sus entrevistadoras eran, respectivamente, Marta Robles y Nativel Preciado, y fueron todos presentados por el vicepresidente del Grupo Planeta, José Creuheras, y ante un abarrotado auditorio en el que se encontraban el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y el secretario de Estado de Comunicación, Félix Monteira.

Objetivos cumplidos
Era una ocasión especial: este año el premio ha celebrado su 60ª edición y, como recordó Creuheras, en estas seis décadas han concurrido a él 19.000. Sin duda, aseguró, «se han logrado los objetivos con los que nació: fomentar la lectura y lograr la máxima difusión». Las cifras lo dicen: las obras ganadoras y finalistas desde la primera edición suman 40 millones de ejemplares vendidos.

«El imperio eres tú» es una novela histórica –o más bien «historia novelada», como prefiere llamarla el propio autor– sobre el rey Pedro I de Brasil (1798-1834), el hombre que proclamó la independencia de Brasil de Portugal y fue fugaz emperador. Un personaje apasionante: excesivo y mujeriego, aunque a la vez repleto de virtudes. Moro (Madrid, 1955) conquistó al público con «El sari rojo», donde se adentró en las intrigas de la poderosa saga política india de los Nehru-Ghandi. Y aunque se trataba de un libro elogioso, cuenta que «tuve una experiencia bastante dura. Sonia Ghandi me mandó a sus sabuesos abogados para aterrorizarme y decidí que la próxima vez escribiría sobre alguien que llevara al menos 200 años muerto, igual que sus abogados», reconoció Moro. Autor de obras como «Senderos de libertad» (1992), donde investigó en la vida del líder amazónico Chico Mendes, tras las dificultades con su anterior obra cuenta que, «como amante despechado, volví a Brasil, mi primer amor. Pensé que había mucho escrito sobre Pedro I, pero me di cuenta de que no era así. Yo quería contar lo que los historiadores recogían pero desde dentro». Así, pintó este retrato con pinceladas de ficción –como los diálogos, aunque los personajes son reales– sobre un monarca que dejó embarazadas por las mismas fechas a tres mujeres (su esposa, su amante y la hermana de su amante) y que tuvo a su último hijo con una monja en un aislado convento en las Azores.

«Parecía ser incapaz de no tener relaciones con mujeres, como si quisiera poblar él solo Brasil con sus hijos. Pero lo compensaba porque era un hombre de mucho talento», explica el autor. «Fue un personaje contradictorio y curioso».

Regreso a Filipinas
También de familias, aunque a una escala más cotidiana, trata «Tiempo de arena». Conviene aclarar que Inma Chacón (Zafra, Badajoz, 1954) tuvo por hermana gemela a la fallecida Dulce Chacón. Fue ésta la que la animó a adentrarse en la literatura. Lo hizo con «La princesa india», a la que siguió «Las filipinianas». Y, en cierta forma, regresa ahora a Filipinas a través de la huella de su propia familia: sus bisabuelos emigraron a la colonia española y allí nació su abuela. «Somos una familia muy grande, y en las familias grandes hay muchas historias», reflexiona la autora. De su saga, cuenta, «pueden salir cien novelas. Si me da tiempo, las escribiré todas». Ambientada entre 1896 y 1922, ese «Tiempo de arena» es época de cambios, sobre todo para la mujer. El universo de la novela es femenino, con tres hermanas antagónicas, Mariana, Munda y Alejandra. Una, marquesa conservadora y estricta; otra, abierta a la realidad que le ha tocado vivir; y la tercera, que ejerce de balanza entre las anteriores. Inspirada en figuras como Carmen de Burgos y Clara Campoamor, Chacón ha construido un relato que apuesta por las mujeres: las que eran masonas a pesar de las barreras o las que desafiaron las reglas sociales como madres solteras. La propia Chacón se identifica con ellas: «Defiendo el derecho de la mujer a ser madre soltera. Yo misma lo soy. Con el padre de mi primera hija me casé, con el de la segunda no. A las dos las quiero por igual y no veo la diferencia entre una situación y la otra», sentenció con orgullo.

 

El recuerdo más Dulce
«Para mí, hablar de Dulce es tenerla aquí hoy. Me encanta que me pregunten por mi hermana», contó Inma Chacón. Su gemela falleció en 2003, pero hasta entonces «nos han comparado toda la vida. Nosotras nacimos en la comparación». Tuvieron, aseguró, «una relación muy generosa. Lo hemos compartido todo... excepto los novios». Tanto que Inma quiso enmendar un titular de Prensa reciente:«Con esta obra mato a mi hermana». «Jamás lo haría, ni figurativamente. Pero este premio supone que mi voz va a ser la de Inma Chacón. Ahora me van a reconocer. Aunque es difícil hacerlo con dos gemelas, en literatura, éramos diferentes».